En la noche del 28 de marzo, el campamento minero de San Carlos – Panantza de la empresa EplorCobres (EXSA), ubicado en la provincia amazónica de Morona-Santiago, fue atacado con armas de fuego y dinamita. Los guardias fueron evacuados y todo lo que estaba al interior fue destruido (vehículos, equipos, edificios). Los medias hablan también de robo de material de valor.
Recordemos que desde hace quince años, la extracción minera en la región encuentra una oposición intransigente y determinada de una parte de la población local perteneciente en su mayoría al pueblo indígena Shuar. Varios proyectos mineros (sobre todo de cobre y de oro) se concentran en esta región fronteriza de la Cordillera del Cóndor, entre Perú y Ecuador, devastando la selva y sus habitantes con sus maquinas y venenos. En 2006, el campamento de San Carlos de Panantza ya había sido expulsado y ocupado por un grupo de Shuar. La comunidad Nankints, creada en el lugar del campamento, fue desalojada 10 años después por el ejército ecuatoriano. En noviembre 2016, un grupo de Shuar ataca con armas de fuego y vuelve a ocupar el campamento (se mató a un policía, y varios heridos de ambos lados). Pero esta vez la ocupación dura solamente dos días, por la intervención del ejército, la proclamación del estado de emergencia y la ocupación militar de la región. En esta ocasión, varias familias tuvieron que refugiarse en la selva y sus aldeas fueron ocupadas y saqueadas por los militares.
Hoy, con esta nueva acción, vemos que la lucha no se acaba, y que unosindividuos determinados pueden parar el avance de estos proyectos de muerte.
Para profundizar, aquí va el enlace de la video «Arriba las lanzas contra las minas» sobre las luchas contra las minas en la Cordillera del Cóndor, en los dos lados de la frontera Perú-Ecuador :