El Loco Ron – ¿eco-anarquista primigenio?

Escrito realizado por Nihil.


El Loco Ron – ¿eco-anarquista primigenio?

A la memoria de todxs los eco-activistas y compañerxs del planeta, caídos.

¡VENGANZA!

Bastante se ha escrito sobre el asesinato de Ramón Corona por Primitivo Ron, pero aún bajo el amarillismo de la prensa de la época, sea liberal o conservadora, ambas reprodujeron la nota bajo una misma línea moral.

Ese amarillismo adjetivó a Primitivo como un “anarquista desequilibrado”, que pertenecía a una “secta nihilista”, incluso como un “esbirro de Porfirio Diaz”. Todos los calificativos erróneos pero con la finalidad de potenciar un imaginario bastante alejado de la persona de Ron.

Poco después, el señalamiento de “loco” fue el que mayor peso tuvo, a partir de una serie de documentos, algunos aportados por la prensa y otros encontrados por la policía.

Estos documentos y cartas, se publicaron en diferentes periódicos del momento,i mi intención, a través de esta info, es complementar, no solo los datos biográficos, sino comprender el contexto en el que se suscitaron los acontecimientos con el objetivo de recuperar la historia desde la perspectiva anarquistaii y reconocer a este personaje que se atrevió -a través de sus propias reflexiones- a ejercer un acto de insurrección, orillado por las injusticias del Sistema que ocultaba la opresión y la miseria bajo un proyecto democrático y progresista. No es casualidad que en situación similar nos encontremos en la actualidad.

Este hecho ocurre en el periodo del Porfiriato mismo que, bajo la influencia positivista, consideraba a los locos como entes con deficiencias morales y físicas, degenerados, no aptos para su modelo de sociedad donde las clases bajas en general, eran relacionadas como desadaptados y por lo tanto, potencialmente criminales.

Primitivo Ron y Salcedo, nació en Sayula en 1867, en el año 1884 cursó un seminario conciliar en Zapotlán, trabajo como dependiente de comercio, empleado de ferrocarril, aprendiz de tipógrafo, como profesor de primaria (escuelas en las que se enseñaba la religión católica) en diferentes regiones de Jalisco hasta una escuela protestante en Amecameca en 1887 de donde fue expulsado debido a su librepensamiento, entonces viajo a la ciudad de México en este mismo año y se unió a la recién creada Liga Anti-Clericaliii. No encontrando fácilmente trabajo en la ciudad, se enroló de mala gana como gendarme un 6 de agosto del mismo año, adscrito a la primera demarcación y dado de baja poco tiempo después por insubordinación, el hecho fue que, un par de gendarmes de su grupo, se burlaron de Ron por no querer emborracharse ni andar con mujeres públicas(sic), por tal motivo lo tildaron de marica.iv En 1888 funge de nuevo como profesor en una escuela en Tepic.v

Es a principios de noviembre de 1889 que Ron acude directamente a Corona para solicitar empleo, para colmo, el General lo recomienda a la gendarmería del estado. Ron, frustrado, solo dura 8 días en el puesto. El 8 de noviembre lo busca de nuevo por la mañana, pero no lo recibe y dos días después vuelve a intentar encontrarse con el General quién tampoco lo recibe. Pacientemente Ron espera al gobernador y siendo alrededor de las 4 de la tarde, lo intercepta y le asesta cuatro puñaladas.

Supuestamente, después del atentado, Ron corre y a corta distancia se suicida; versión que prevalece hasta el día de hoy. Pero hay una versión diferente que menciona José Guadalupe Zuno Hernández en su libro Boceto biográfico del Sr. General Ramón Corona, testimonio dado a este por Gerardo Murillo. Sí, nos referimos a ese pintor fascista, más conocido como Dr. Atl, quien entonces era joven y presumía conocer a Ron, además de ser aprendiz del artista Jontán, quien tenía su casa-estudio en la calle del Carmen, donde fue el atentado. El entonces aprendiz, al oír tanto barullo se asomó al balcón presenciando lo sucedido:

“…De pronto, unos individuos con aspecto de policías de la reserva se echaron sobre Ron, lo arrastraron media calle y allí lo apuñalaron” con el mismo puñal que uso contra Corona (…) después hubo un revoltijo, llegaron otras gentes raras y empezaron a propalar la especie de que el magnicida se había suicidado”. “Después (seguía contando) como supieron en los corrillos oficiales que yo había sido testigo presencial del suceso, me recomendaron, sobre todo, aquellos que eran porfiristas y enemigos del general Corona, que no siguiera propalando lo que sabía porque me costaría caro (…) Y como luego empezaron a molestar a mi padre, que era dueño de una farmacia frente a San Juan de Dios, preferí marcharme a México para evitar complicaciones.”

Esta versión tiene más sentido, aunque se acusa a Dr. Atl de mitómano, pero aun así cabe la duda de cómo podría una persona auto-apuñalarse varias veces? En la fotografía de Carlos Barriere, se ven tres punzadas profundas y varias más leves. También la autopsia revela esta inconsistencia:

Dos costillas fracturadas por la fuerza con que se infirió las heridas; una de estas en el pulmón, una penetrante en el corazón, hacia el lado del ventrículo izquierdo, y vascalarizadas(sic) las meníngeas.”vi

Previo a este atentadovii, Ron intentaría atacar al Arzobispo de Guadalajara, Pedro Loza y Pardavé, pero para suerte de éste, no lo localizó.

Los magonistas repitieron el discurso de la prensa de 1889, que era un “esbirro de Díaz”, en su #20 de Revolución del 2 de noviembre de 1907, pero años después, una compañera aunque repitiendo lo del suicidio, tiene otra interpretación. En el #7 del periódico anarquista AVANTE del 1 de junio de 1928, la anarquista y también maestra, Esther Mendoza, en memoria de Ron escribe:

“…Así debemos recordar a un gran anarquista hasta ahora casi desconocido, pero que, no pudiendo mejorar la condición de los parias y viviendo en una época en que la dictadura porfiriana era temible, donde no se tenía derecho a pensar y menos a accionar y no satisfecho de la vida, sin atractivos para él (porque ésta para los grandes soñadores, tiene los suyos en la felicidad de todos y no de unos cuantos), y comprendiendo que le sería imposible hacer algo en bien de todos, decidió cortar el hilo a una existencia fastidiosa (…) después de haber dado muerte… al gran tiranazo General Ramón Corona, a quien le fue erigida una estatua como un homenaje de los estúpidos”.

Al final agrega:

Si Rom(sic) hubiera encontrado compañeros activos y luchadores que lo orientaran, algo más habría hecho en bien de la causa. Recordemos su memoria, que esto sirva de ejemplo a los idealistas, que pusilánimes, sueñan en la felicidad futura, pero temerosos de caer en las garras de los tiranos ahogan en su garganta el grito de ¡Viva la Anarquía!”.

La redacción del periódico, añade a la nota de la compañera:

“…Actualmente todavía conserva la chusma idólatra y estúpida de Guadalajara el brazo y la daga que dieron fin a las injusticias del tirano…”

Hasta mediados de los 90 del siglo pasado, se exhibió el chaleco, el puñal y el brazo derecho embalsamado de Primitivo Ron, en dicho Museo Regional de Guadalajara y posteriormente, en octubre de 2014 se montó una exposición de nuevo, con estos elementos, exhibidos durante un año.

La interpretación de la compañera Esther, le da otro matiz al contexto opresor del porfiriato y a la persona de Ron, quien no era anarquista y mucho menos un esbirro de Díazviii, porque como bien indica la maestra en el mismo texto:

Primitivo ejercía el magisterio y por circunstancias pecuniarias solicitó empleo de más emolumento para llenar en algo sus necesidades; pero después de no haberle concedido lo justo, no titubearon en clasificarlo entre los que sufrían enajenación mental.”

Ron, desde la adolescencia se alejó del catolicismo, siendo después protestante, racionalista, panteísta y materialista al final, eso se deja entrever en sus escritos, reconociendo como religión a la madre naturaleza, estos cambios manifiestos en sus cartas, causó que terminaran llamándole “loco”, de todas formas, es evidente que una sobre-ideologización (por decirlo de alguna manera) orilló a Ron a confundirse entre el positivismo y el naturismo que profesaba.

Un ejemplo de la supuesta locura de Ron, es el comentario de José López Portillo y Rojas:

Cada vacilación, cada duda, cada transformación de sus ideas fuéronle debilitando gradualmente el cerebro; que hay naturalezas apasionadas, que ponen fuego y calor vitales hasta en las disquisiciones metafísicas y se consumen con el trabajo intelectual, como el aceite de la lámpara con su propia llama”ix

La denominada “neurastenia moderna” fue una de las muchas enfermedades que se incrementaron masivamente durante los siglo XX y XXI, por las nuevas situaciones de hyper-velocidad impuestas por la tecno-industria, pero la neurasteniax (así sin el adjetivo de “moderna”) del siglo XIX, se originaba según los científicos de la época, por un agotamiento debido al progreso de la “civilización”, enfermedad que se presume padeció Ron:

Desde principios de 1889 se fueron generalizando en ciertos centros científicos, experiencias de hipnotismo y sugestión, operándose sobre individuos neurasténicos, más sensibles a la influencia magnética que los demás, obteniéndose resultados verdaderamente curiosos, Guadalajara, gran centro de cultura, de ciencia y estudio, no podía escapar a la epidemia psíquica, llamémosla así; y varios médicos del hospital civil, entre los que se encontraba Rubén Ornelas, Perfecto Bustamante y otros, pusieron en práctica lo que sobre la materia se había escrito logrando obtener fenómenos de sugestión, verdaderamente sorprendentes. Entre los que iban allí a presenciar las experiencias y a servir de “sujeto” en varias ocasiones, se encontraba un joven de 22 años, alto, robusto, blanco, bien parecido, de ideas estrafalarias; pero muy dado al estudio de manera que no era un ignorante…, era un neurasténico sobreagudo, se llamaba Primitivo Ron y Salcedo”xi

En la actualidad, este padecimiento se diagnostica como neurosis y sus causasxii, son temas que se desarrollan y estudian actualmente. Hoy, estamos bajo los efectos ocasionados por la hiper-conetividad: redes sociales, el fenómeno de los influencers, la era de los smartphones, el bigdata, la exposición diaria a la radiación electromagnéticaxiii, la sobrecarga laboralxiv, es decir, todo lo relacionado con el avance tecno-industrial.xv A mediados del siglo XIX, el ajetreo de la vida moderna y la nueva tecnología tenían otros significados pero ya, desde entonces, se les atribuía efectos negativos en las personas, antes denominado como el desarrollo de la civilización, que comprendía, la introducción de medios de transporte más rápidos, la electricidad, etc., así como la importancia extrema a la competitividad, la producción masiva y la escalada económica, afectaban a las personas de tal forma que estas veían trastornada su calidad de vida. Freud decía que la plenitud de la civilización sería la neurosis, misma que nos enferma.

En el presente postmoderno, incluso la opresión puede venir desde el mismo individuo. Una forma neurótica de autocontrol que impide el desarrollo de todas las capacidades a un máximo nivel.xvi

Hoy como ayer, somos el resultado del Sistema y sus proyectos modernizadores, dejándonos con dolores de cabeza, fatiga, depresión, insomnio, debilidad, etc., la adaptación a un nuevo tipo de sometimiento y grandes desplazamientos. No solo de esto quiso escapar Ron, sino incluso se atrevió a atacar a uno de sus representantes, es decir, no solo nos deja sufrimiento, sino también un creciente odio que nos da fuerza para dejar de victimizarnos y atacar.

Ramón Corona, participó en las guerras de intervención, perseguidor y asesino de las tribus Yaquis y del polémico Manuel Lozada “el tigre de Álica”. Fue ministro plenipotenciario de México en España entre 1874 y 1884, período en el que tuvo una relación íntima con el rey Alfonso XII, quien por cierto y para mala suerte de los compañerxs Juan Oliva en 1878 y Francisco Otero en 1879, libró ambas veces la muerte ante los atentados de estos. También conoció a Cánovas del Castillo quien fuera ajusticiado en Santa Agueda en 1897 por el compañero Michele Angiolillo.

Líneas finales

El término de “loco” estaba dirigido siempre a las clases sociales bajas en la época porfiriana, el nacimiento de la psicología y criminología en México vino de la mano del positivismo y a través de este, buscaban dar explicaciones y soluciones a los males, sin considerar que el mismo Sistema Porfirista, como el actual son el verdadero mal.

La realidad nos impone una forma de vida originada por el Sistema de Dominación, que nos oprime continuamente y sin descanso, y nos reprime cuando llevamos a cabo acciones para escapar de esa opresión. Durante un tiempo nos sentimos acorralados por la miseria y obligados a aceptar un destino injusto, pero desde el anarquismo buscamos romper ese acorralamiento a través de acciones insurreccionales como lo hizo en su momento Primitivo Ron, pero esta vez bajo prácticas que nos impulsan a descubrir nuevas metodologías no solo de resistencia, sino de ataque contundente ante la inminente guerra social, a propósito de los, aproximadamente, 300 proyectos ecocidas en marcha, muchos de los cuáles ha promovido directamente el gobierno pejista que sigue el modelo de la depredación del medio ambiente, y en lo que va de su gobierno, su cacería selectiva se ha cobrado la vida de más de 100 eco-activistas.

Este episodio que nos antecede y que en similitud sigue sucediendo en la actualidad, significa que la guerra social continua, evidenciando que han existido y existen, personas que, tras agotarse en los medios civil-legalistas se convirtieron en insurrectos sociales.

¡Guerra a muerte contra el Sistema de Dominación y todos sus defensores!

Nihil

Desde algún rincón de lo que se llama México.

Mayo-2019

Otras fuentes además de las mencionadas.

Hemerografía de la época

  • El Municipio Libre.

  • El Monitor Republicano.

  • La Patria.

  • La Voz de México.

  • El Xinan tecatl.

  • El Diario del Hogar.

Bibliografía

  • Ligeros apuntes biográficos de los jefes políticos de los partidos de los estados de la república mexicana. Lázaro Pavia. Méx. ;1891.

  • Ramón Corona, autopsia psicológica de su asesino, R. López Almaraz, Gob del Estado de Jalisco, Secretaria de Cultura, 1999.

Artículos

  • La inconformidad subversiva: entre el pronunciamiento y el bandidaje. Un acercamiento a los movimientos rebeldes durante el tuxtepecanismo, 1876-1888, Fausta Gantus en Revista de Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México #35, enero-junio 2008.

  • La verosimilitud en la crónica policial, El asesinato de un gobernador. Sarah Corona en Revista Comunicación y Sociedad #31 sep-dic de 1997. Universidad de Guadalajara.

  • De la histeria a la neurastenia (Quental y Pessoa), Jerónimo Pizarro Jaramillo, en Literatura: teoría, historia, crítica #6, 2004, Harvard University.

  • Ansiedad, angustia y neurosis. Antecedentes conceptuales e históricos, Mercedes Sarudiansky en, Psicología Iberoamericana, vol. 21, no. 2, julio-diciembre, 2013.

 

Notas

i* Carlos H. Barriere, ejerció en el año de 1889, la profesión de “fotógrafo carcelario” en la Penitenciaría de Escobedo en la ciudad de Guadalajara, donde se comenzó con el registro de reos y reas en 1867.

Las fotografías, que sobre todo a medida que fue avanzando el Porfiriato, trataron de ser una representación precisa y objetiva de los reos y reas, se anexaban a los libros de registro, en las correspondientes fichas, que incluían, además del nombre del condenado o condenada, datos generales y procesales. En pos de la ansiada objetividad y asepsia, el modo de tomarlas fue cambiando con el tiempo y, así, ya a finales del Porfiriato cada ficha incluye dos imágenes de la misma persona, una de frente y otra de perfil. Son en total 19 los libros del Registro que recogen aproximadamente 15,000 fichas, muchas de las cuales —en algunos de los libros todas— están parcial, carecen de fotografía, o totalmente vacías, al faltar también el texto manuscrito. (“En manos del fotógrafo: la construcción de las representaciones de la mujer y de la fachada personal femenina en la fotografía decimonónica mexicana”, Beatriz Bastarrica Mora. En revista Relaciones. Estud. hist. soc. vol.35 no.140, Zamora sep./nov. 2014).

La fotografía circuló en el periódico El Mercurio de Occidente de Manuel Caballero, quien fue el que lo señaló como “anarquista desequilibrado”, Caballero fue el que originó un recurso de venta que le dio mucho éxito y que vendría a ser el origen de la llamada nota roja en México. Esta idea consistió en que, al ver Caballero a las multitudes interesadas en la nota, entre uno de estos, contrató a un jovencito y con un bote de pintura roja, por la tarde, a cada ejemplar salido de la máquina, el jovencito le impregnaba en el centro, la palma de su mano con la tinta roja, dando el efecto de que dicha huella pertenecía a la mano homicida. (“El cronista del diablo: Manuel Caballero, padre del reportaje moderno en México” de Felipe Gahez Canbno. Anuario de investigación 1999 Vol. I UAM-X, pp. 143-160)

La mala calidad de la impresión de los documentos en algunos periódicos y sobre todo por el paso del tiempo, representa un arduo trabajo descifrar el contenido para posteriormente hacer la transcripción, espero tener en algún momento, el tiempo suficiente para ponerme en ello. y que bien valdría hoy día, una edición impresa o digital de estos, para que lxs interesadxs en el tema puedan reinterpretar su contenido y emitir valoraciones con una mayor reflexión.

ii Lo que quiero decir, es que sin forzar el hecho como lo hizo Gustavo Rodríguez en su plática “Ilegalismo anarquista: ¡valga la redundancia! (que circula por la red), realizada en julio del 2011 en la Okupa Casa Naranja, al afirmar que Ignacio Fernández Galindo y Julio Lopez eran anarquistas, cuando por los documentos existentes se sabe que ambos se autonombraban socialistas, error que repite Rubén Trejo en el caso de Julio López, en su artículo “El anarquismo y los bienes comunes, publicado en la revista Obra Negra #0 del invierno del 2014. Pero es significativo que la circunstancia en la que se encontraron ambos personajes, los orilló a radicalizarse y ejercer acciones insurreccionales, esto es lo que debemos tener en cuenta, para ese rastreo que propuso el compañero Gustavo, de las acciones insurreccionales en México, es decir, explicarlas a partir de un contexto dado, pues hubo otra serie de rebeliones tildadas de “anarquistas”, como por ejemplo la llamada rebelión de Tuxtepec de Porfirio Díaz contra Lerdo en 1876, que lo único que buscaba era posicionarse en el poder, como se demostró posteriormente.

iii El Diario del Hogar del domingo 10 de enero de 1892, habla de la muerte de Sebas Iturbide, quien 5 años atrás fundó esta liga y publicó un periódico llamado El anticlerical, mismos que dejaron de existir tras la muerte de su fundador.

iv Información recopilada de diversos periódicos de la época.

v Esto se menciona en una de las cartas de Ron al Poeta jalisciense, Antonio Zaragoza.

vi “Autopsia” en, El Tiempo, 16 de noviembre de 1889, pag. 2

vii Manuel Gutierrez Nájera, bajo el seudónimo de “el duque de Job”, intentó descifrar a Ron, en su artículo, la “Psicología de un asesino”, donde entre otras cosas dice: “…Era lo que podría llamarse un semi: semi-decente, semi-ilustrado, semi-soñador, semi-poeta. Era un trunco, un producto enfermizo de los desperdicios de una civilización refinada…”, en otra parte del artículo en referencia al padre de Ron dice: “¿Quién es el padre de este desgraciado? Un preceptor no un jayan, no un ignorante completo, no un fuerte, sino un débil, un enfermo, porque en México todos los dómines de pueblo son débiles y enfermos. Se nutren mal, trabajan algo con su inteligencia que casi nunca es vigorosa, viven miserablemente y encerrados en una sala sin ventilación, sin luz, poseen una imaginación algo más excitable que la de los que no saben leer y por esto se casan jóvenes y tienen muchos hijos”. El Universal 19 de noviembre de 1889, pag. 2

viii 8 años después, Díaz sería supuestamente atacado por Arnulfo Arroyo, en un momento donde la propaganda por el hecho había incrementado su presencia y sus acciones.

ix La Republica Literaria – 11 de noviembre de 1889

x El término es atribuido a George Miller Beard, un neurólogo estadounidense que alrededor de 1869 lo acuñaría para describir una condición que presentaba síntomas como: ansiedad, dolores de cabeza, fatiga y depresión.

xi Elías L. Torres, “Cuatro siniestras puñaladas mataron a Corona” en, El Informador del 19 de febrero de 1939.

xii Algunos estudiosos la denominan como síntoma de una enfermedad mucho mayor, donde por ejemplo también se considera de la misma forma, los problemas digestivos, ocasionados por el estrés, la ansiedad o la angustia, todos como síntomas de la neurosis, al que llaman el padecimiento del siglo XXI, afección que ataca el sistema nervioso.

xiv La OMS (Organización Mundial de la Salud) estima en 1 billón de dólares las pérdidas en producción causadas por la Depresión y los trastornos Ansiosos a nivel internacional. Esto significa que todo lo miden para beneficio de los poderosos. La sobrecarga laboral va desarrollando un deterioro progresivo de la salud mental de lxs trabajadorxs y si a esto le añadimos la infinidad de enfermedades ocasionadas por lo que comemos de la industria de alimento chatarra o por la contaminación en los procesos agrícolas y la hiper-conectividad, que somos?, sino producto del sistema, quien desea que seamos, personas inconscientes e incapaces tanto física como mentalmente para rebelarnos.

xv Se habla de que estamos en la sexta Gran Extinción, provocada por el capitalismo a través de la avanzada tecno-industrial y la única por el ser humano, Elias Canetti, novelista y filósofo, afirma en una publicación que la supervivencia del planeta se ha hecho tan incierta que cualquier esfuerzo, cualquier idea que dé por hecho un futuro seguro equivale a una apuesta de locos. En realidad la supervivencia del planeta no está en peligro, lo que está en riesgo es la vida de nuestra especie humana al eliminar la vida de otras especies. Es el ecocidio que viene. Nuestra especie, competente pero frágil, vivirá primero la extinción de las otras. Las llamadas Extinciones naturales son de los periodos conocidos como: Ordovícico-Silúrico, Devónico-Carbonífero, Pérmico-Triásico, Triásico-Jurásico y Cretácico-Terciario.

xviAnarquismo como resistencia al poder”, Frater Ignatius en Astrolabio Digital, SLP, 12 diciembre, 2018.

Carta a un(a) chileno(a) sobre la situación actual. (Parte II).

Escrito por Gustavo Rodríguez. Parte II de II.


—A Joaquín García Chanks y Marcelo Villarroel Sepúlveda, compañeros y co-conspiradores.

“Pues yo soy el poeta jurado de todos los intrépidos rebeldes del entero mundo,
Y quien viene conmigo deja atrás la paz y la rutina,
Y se juega a perder la vida a cada instante.”   
Walt Whitman, A un revolucionario europeo frustrado (1856), en Leaves of Grass.

“… donde hay peligro, crece lo que nos salva.”
Friedrich Hölderlin, Patmos.

A un mes y seis días de iniciada la insurrección, la Anarquía continúa viva en la región chilena. Es un acontecimiento sin precedentes en Chile y en América Latina. Ha sido el kayros de la Anarquía: el momento emancipador que acontece en el tiempo y el lugar pertinentes, la audaz encarnación de una pronunciada negación del Estado y de toda autoridad.

El eco de la vieja consigna anárquica “Ni Dios ni Estado Ni Patrón” retumbó a lo largo y ancho de la geografía austral y ha hecho vibrar corazones desde Cabo de Hornos hasta las orillas de los ríos Sama y Camarones.

Es evidente, que en su cotidiano quehacer subversivo, el anarquismo insurreccional de tendencia informalista, tensó al máximo sus potencialidades y, también exploró sus dificultades y sus propios límites, valiéndose de efímeras coyunturas –mutantes de un lugar a otro–, que le permitieron bosquejar (a partir del conflicto y las diversas contingencias) las posibilidades cromáticas de su trasfondo teórico-práctico y, fomentar los ánimos refractarios, concretando acciones  individuales y/o de pequeños grupos de afinidad abocadas al ataque y la expropiación.

Sin embargo, faltó dinamita. Escaseo el diesel y la gasolina. Se escatimó en el ataque. Hubo carencia de expropiaciones. No fueron demolidas las sedes de TODOS los partidos políticos. No se asaltaron prisiones ni manicomios. Se arremetió contra los símbolos pero faltó tiro al blanco. Quedó pendiente una fogata gigantesca con los cientos de banderas que se perciben en las marchas (incluyendo la rojinegra, porque TODAS las banderas están llenas de sangre y de mierda). Esa penuria ha permitido que la potencia negadora se desvíe hacia el “triunfo”, en lugar de inyectarle vida al conflicto y exceder los cantos instituyentes que ya amenazan  con imponer la paz de los sepulcros.

Hoy, el punto neutro de la insurrección empieza a revelarse con nitidez. La emulsión hace lo suyo y emerge la instantánea completa, mostrándonos el impasse en su justa dimensión.

Comprenderlo será un salto enorme de la pedagogía ácrata que puede contribuir al despertar de la modorra dogmática en que se encuentra sumido un sector considerable del denominado “movimiento anarquista”.

La potencia de choque de una insurrección no se mide por sus efectos ni reside en el crecimiento cuantitativo de las y los insurrectos, sino en lo que irradia ipso facto de ella. Reside en la vitalidad de su fuerza negadora, en su talante ofensivo, en la agudeza de la acción, haciendo de la insurrección un rito diferente del simbólico.

La feracidad del accionar anárquico reside en sí mismo, por eso fecunda audacias, alimenta la creatividad destructora y propugna voluntades subversivas, multiplicando la violencia antiautoritaria y la práctica ilegalista.

Instantáneas de la revuelta (segundo acercamiento) [1]

Como era de intuirse desde el primer día de la insurrección, la represión no se dejó esperar.

Hasta el momento, según las propias cifras oficiales, se contabilizan más de una veintena de muertos, cinco de ellos ha consecuencia de los disparos de las fuerzas represivas; seis mil quinientas personas detenidas, de las cuales 759 son menores de edad; dos mil trescientos noventa y una heridas (41 por disparo de arma de fuego, 964 por perdigones, entre las que se cuentan 222 con lesiones oculares –que han perdido la visión de un ojo o han quedado completamente ciegas– y 909 ha consecuencia de las brutales golpizas) y; cientos de mujeres violadas y ultrajadas sexualmente. Se pudo constatar que la Policía de Investigación (PDI), instaló un centro de torturas en el Shopping Arauco Quilicura, donde han sido atormentados cientos de manifestantes detenidos durante las revueltas.

Por su parte, las y los insurrectos han atacado con artefactos incendiarios cuarteles militares, comisarías, cabinas de peaje, iglesias, supermercados y otras instalaciones comerciales y; han logrado derribar drones de vigilancia de la policía con la ayuda de cientos de apuntadores laser.

Gracias a la oportuna diligencia de los hackers y a la aplicación que reveló el domicilio de muchos uniformados, se han multiplicado los ataques a las casas de policías en toda la región: en Viña del Mar, personas encapuchadas atacaron la residencia de un comandante de policía y varias casas de uniformados fueron grafiteadas con amenazas de muerte y sus vehículos destrozados. En San Antonio, fueron atacados los cuarteles de Tejas Verdes e incendiaron parte de sus instalaciones. En Chiguayante, un grupo de insurrectos irrumpió en las casas de algunos policías destrozando todo lo que hallaron a su paso. En Quinta Normal apuñalaron a un policía en su residencia y, en la Población de Lo Hermida, fue atacada la estación de policía, con un saldo de seis pacos heridos.

Mientras los policías dormitan en sus autos, constantemente son agredidos con artefactos incendiarios, una práctica fácil de replicar que ha comenzado ha extenderse a varios vecindarios. Durante las protestas en la ciudad de Rancagua, lanzaron un cartucho de dinamita a una patrulla de carabinaros que no llegó a explotar. En la Población La Victoria, comuna de Pedro Aguirre Cerda, al sur-centro de Santiago, fue incendiada la casa de un  uniformado, al igual que en la provincia de Coyhaique, donde fueron atacadas con docenas de bombas incendiarias propiedades de carabineros.

En pleno centro de Santiago, encapuchados atacaron la Parroquia de la Asunción y utilizaron el mobiliario y los santos para hacer barricadas; quemaron la Iglesia de los Sacramentinos y, la Iglesia de la Veracruz en el Barrio Lastarria, declarada “monumento histórico” durante la dictadura fascista del general Augusto Pinochet. La Catedral de Valparaíso, también fue atacada por una multitud, quemando algunas de sus puertas, destrozando bancos, altares y la pila de bautismo. En Puerto Montt, durante la madrugada del miércoles 20, encapuchados atacaron la casa pastoral Graciela Bórquez, en pleno centro de la ciudad y, en el sector Coihuin, quemaron la casa del sacerdote Luis Izquierdo acusado de abuso sexual.

Además de las iglesias católicas –consecuentes con la práctica anárquica y a modo de homenaje a la célebre frase kropotkiana («La única iglesia que ilumina es la que arde»)–, fueron incendiados y destrozados varios templos evangélicos, destacando el ataque del 28 de octubre en la ciudad de Santiago a los estudios de grabación y las oficinas del Ministerio de Comunicaciones GRACIA TV, en Santa Rosa. El mismo día y en la misma barriada sería atacada la Iglesia Bendecidos para Bendecir y, la Iglesia Ministerio Internacional para la Familia (MINFA), dependencia del Hotel Mercure, en Santiago Centro. En Valparaíso, el 20 de octubre fue atacado por encapuchados el Centro de Restauración Internacional (CRI-Chile) y, el día 26 de octubre, la Iglesia Presbiteriana de Valparaíso. En Temuco, en la madrugada del 20 de octubre fue atacada la Iglesia Asambleas de Dios y; en Araucanía, en el sector rural de la Púa, la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera.

En la ciudad de Los Andes, una multitud encapuchada expropió una farmacia para llevarle pañales, medicamentos y artículos de limpieza a un hogar de ancianos.

Como concierne a toda insurrección antiautoritaria, los políticos también han sido blanco de los ataques insurgentes sin importar el color ideológico de sus partidos. En Talca, personas encapuchadas quemaron la sede parlamentaria del senador ultraderechista Juan Antonio Coloma del Partido Unión Demócrata Independiente/Popular (UDI/P).  En total, ya han sido atacadas ocho sedes de la UDI y dos sedes de Renovación Nacional. El pasado viernes 22, un grupo de manifestantes de la Asamblea de Feministas de Arica, atacaron con pintura y escupitajos al senador del Partido Socialista, José Miguel Insulza, a las puertas de Radio Cappísima y; en horas de la madrugada de hoy en Punta Arenas, un grupo de afinidad atacó con bombas incendiarias el Espacio Comunitario La Idea, sede parlamentaria del diputado Gabriel Boric de Convergencia Social.

A pesar del creciente dinamismo subversivo y la participación protagónica del anarquismo insurreccional, algunos comunicados de grupos afines a la tendencia informal, señalan conductas paranoicas en  ciertos “compañeros” que apoyados en las teorías de la conspiración, en absurdas tesis sobre supuestos golpes de Estado y, otros presagios fantasiosos, llaman a la desmovilización y comienzan a generar miedo creando un clima de derrota anticipada.

Esta psicosis logró penetrar a algunos sectores formados en «la ominosa cultura ciudadana de creer que cada ataque es un montaje» y han comenzado a acusar a probados compañeros de ser “agentes encubiertos”.

Paralelamente, las estrategias impulsadas por el sistema de dominación a través de sus medios de domesticación masiva, han sido adoptadas por los manifestantes ciudadanistas que llevan a cabo una labor paramilitar anti-encapuchados que solo beneficia a nuestros enemigos. Esta atmósfera contrainsurgente, provocó que un grupo de manifestantes golpeara brutalmente a un joven y lo colgaran del puente Pio Nono, acusándolo de ser un policía infiltrado sin el menor fundamento.

Lamentablemente, estas actitudes nefastas aún prevalecen con gran arraigo en nuestras tiendas, particularmente en aquellas escenas contaminadas con el discurso liberal y entre quienes se asumen como parte integral de las llamadas “izquierdas”.

Las trampas de la paz: Coincidentia Oppositorum

Para decirlo con Bakunin: «Yo creo haber probado, y los acontecimientos no tardarán en demostrarlo mejor de lo que yo he podido hacerlo »[2] que, la primavera chilena comienza a encaminarse a una cierta extenuación. El fuego refractario está siendo sofocado. La flama anárquica empieza a languidecer.  El oxigeno que daba vida a la Anarquía se agota.

En sus Cartas a un francés sobre la crisis actual, Bakunin recomendaba «la acción inmediata no política del pueblo, por la sublevación en masa de todo el pueblo francés, organizándose espontáneamente de abajo a arriba, para la guerra de destrucción, la guerra salvaje a cuchillo» [3]; pero su exhortación data de 1870 y, definitivamente, ciento cuarenta y nueve años no han pasado en balde. De hecho, el propio Bakunin terminaría sus días muy decepcionado con la “masa” y, le apostaría más a la coordinación de voluntades afines, haciendo énfasis en la conspiración de las minorías refractarias y la propaganda por el hecho.

En nuestros tiempos, no podemos depositar la más mínima ilusión en la “masa”. Sabemos sobradamente como actúa la servidumbre voluntaria. Sí se verificara la insurrección generalizada y «la guerra de destrucción», «la guerra salvaje a cuchillo» tuviera lugar, el final de la película ya lo conocemos de antemano. Unos segundos antes que aparezca el rótulo: The End,  emerge un flautista de Hamelin que guía al rebaño de roedores a sus antojos.

Lo peligroso de la “masa” es su maleabilidad. Con la misma facilidad con que asiduamente la moldean los demócratas liberales, también la modelan los líderes religiosos y los dictadores. Su enorme plasticidad le permite –sin distingo– impulsar las más intrépidas gestas libertarias o avivar el fascismo más obsceno.

La ideología participacionista siempre juega su papel y termina retomando las riendas a través de la maquinaria de cooptación.

Basta echarle un ojo a la superproducción que desde ayer navega en las redes con tendencia a viralizarse en tiempo record, intitulada “El Pueblo Unido, Un Nuevo Amanecer”[4], para corroborar las intenciones fehacientes de los dispositivos de captura del sistema de dominación. Justo ahí, a partir de una narración aparentemente insignificante, cobra vida  la obra contrainsurgente.

Esto explica la exigencia del ángulo ancho para poder abarcar en la foto a los parlamentarios de todas las tendencias que hoy posan sonrientes por «los acuerdos alcanzados». Desde Wall Street a Zúrich los poderosos aplauden efusivos la cohesión de la clase política. ¡Histórico! Enfatizan a ocho columnas las portadas de los diarios impresos, anunciando la caída de la Constitución de Pinochet. La irreductible “Plaza de la Dignidad” (antes Plaza Baquedano o Plaza Italia) amanece mágicamente cubierta por un inmenso lienzo blanco como símbolo de paz.

La dialéctica marxista del poder constituyente comienza a monopolizar la lucha. No es casual el rol negociador de la Mesa de Unidad Social. La salida de la “crisis” por la izquierda es la receta idónea para darle continuidad a nuestro paraíso capitalista global. El “nacional populismo” –ya sea de “derecha” o de “izquierda”– es la solución. Desde América Latina a Europa nos lo imponen como el único camino de “reestructuración”, o sea, la vía para vendernos más capitalismo (pero ahora “con rostro humano”, off course).

Por eso el llamado a la “unidad popular” mediante un sonsonete meloso que rescata la trova de Quilapayún con ayuda de un novedoso arreglo musical –con cierta reminiscencia soviética–, acoplando una lírica panfletaria que reitera hasta el cansancio «la patria está forjando la unidad»[5].

Pese a las breves estrofas de un par de hiphoperos al servicio del patrioterismo vernáculo («No somos de derecha ni de izquierda/no somos de esa mierda» y, «vamos decididos como humanos sin partidos»[6]), es incuestionable la mano que mece la cuna. Las imágenes del videoclip son axiomáticas: una marcha multitudinaria y vario pinta ataviada de banderas chilenas y (en menor proporción) Mapuches, mostrando al final de la comparsa incontables pancartas y cartulinas registrando una amplia gama de demandas ciudadanas y, de cierre, con broche de oro, una gigantesca bandera nacional con el lema: «¡Vamos! Chile no se rinde»[7].

A modo de conclusión preliminar

Algunos compañeros consideran que aún no es momento de sacar conclusiones y que debemos esperar que «las aguas tomen su curso y se verifiquen los resultados de la insurrección» [8] . Aseguran que «la nueva Constitución, la nueva Asamblea Constituyente, la enminente caida de Piñera»[9] y, todo el conjunto de cambios políticos que se sucedan, son el meollo del «triunfo popular que transformará para siempre a la sociedad chilena»[10].

Estos “compañeros” insisten en que «pensemos en frío antes de emitir comentarios» [11] para poder apreciar el desenlace.

Más allá del uso de lugares comunes y el abuso de imágenes cursis, me queda claro que quienes así piensan le apuestan al restablecimiento de la normalidad.

Por el contrario, considero que el tiempo de cavilar es ahora: en caliente, conciliando el acto reflexivo con la excitación de la lucha, aún con el fuego cautivo en las pupilas y las manos negras por los residuos de la pólvora. Y, en consecuencia me pronuncio:

En estos días en que algunos ya celebran el «triunfo popular», es cuando comprendemos que nuestra carencia de libertad continuará flajelándonos con un nuevo rostro, con una nueva Constitución y, probablemente, bajo un nuevo gobierno. Es entonces cuando percibimos que nuestra meta nunca fue el subsidio al transporte público ni un alza en los salarios ni en las pensiones ni nuevas oportunidades de trabajo ni el fin del precariado ni la gratuidad de la educación; es cuando revelamos –ante propios y extraños– que nuestra lucha nunca fue por un Seguro Nacional de Salud ni por una nueva Constitución ni por una Asamblea Constituyente ni contra la corrupción ni por la transparencia democrática ni por la participación parlamentaria ni por la sensibilización de los pacos ni por el arribo al poder de un gobierno popular y, mucho menos por una nueva Patria.

Todo ese conjunto de demandas ciudadanistas sólo fue el pretexto para exacerbar la rabia y desatar las pasiones libertarias, la coyuntura sublime para extender el caos y darle vida a la Anarquía. Nosotros, las y los anarquistas, no luchamos por reformas. La lucha anárquica se lleva a cabo fuera de la esfera de los “derechos” legales. Por eso pienso que la guerra tiene que continuar.

Quizás terminaron los días en la barricada y concluyeron las expropiaciones multitudinarias pero ha llegado la hora de la natural decantación que potencializará el accionar de un reducido núcleo refractario que una vez más confirma la gravitación de los grupos de afinidad y la pertinencia de l@s lob@s solitari@s. Nuestra guerra es contra toda Autoridad, por el fin de la mercancia, por  la liquidación de la producción y de toda nocividad, por la destrucción del trabajo, por la destrucción del enemigo.

Llegó el momento de desterrar de nuestras tiendas la máscara de la corrección política y las actitudes anarco-izquierdistas que tan caro hemos tenido que solventar. Nuestro accionar no requiere de la aceptación y la empatía de la muchedumbre. Como atinadamente cuestiana Bonanno ¿cuánto nos cuesta llevar puesta la careta de la respetabilidad revolucionaria? [12]

«Los anarquistas a menudo no se presentan como lo que realmente son. No dicen de inmediato: somos anarquistas, queremos destruir al enemigo. Por lo general son más suaves, para no asustar a los que están escuchando. Porque piensan que el crecimiento cuantitativo puede fortalecer al movimiento anarquista, creen que de esa forma los anarquistas, que hoy son cien o, mil, mañana pueden ser diez mil, cien mil, y hacer posible la revolución.»[13]

En un mundo tripolar (EE.UU/China/Rusia), donde paradójicamente, ya no se enfrentan programas ideológicos “opuestos” sino tres variaciones de un expansionismo capitalista depredador con intereses y enemigos comunes[14], nos queda muy claro que no hay alternativa, no hay “triunfo” viable. No hay Revolución posible, solo un mundo que destruir.

Ante ello, la pregunta de rigor en el tema que nos ocupa es ¿hacia dónde va Chile? Es decir, que intenciones subyacen realmente tras el eslógan «¡Vamos! Chile no se rinde» que aparece a manera de epígrafe sobre la gigantesca bandera con que finaliza el videoclip antes mencionado.

Para responder esta interrogante, tal vez haya quien nos recomiende repasar antes los “vaticinios” de algunos marxistas libertarios posmodernos que vislumbran en el “aceleracionismo” el derrumbe del capitalismo mediante su exceso de desarrollo y otean supuestos signos de poscapitalismo en el propio desarrollo del capitalismo global posindustrial en transición a la Edad Colaborativa (donde se regenerará la biósfera y se establecerá «una economía global más justa, más humanizada y más sostenible para todos los seres humanos de la Tierra»)[15] .

Sin duda, estos videntes optimistas que aseveran que tras la ola de insurrecciones planetarias se entrevé  el fin del capitalismo solo intentan apaciguarnos y distraernos por el camino de la “construcción social”, enterados que no transigiremos en nuestros esfuerzos por la destrucción de todo lo que nos oprime porque nuestra lucha es por la liberación total.

Conscientes estamos que asistimos al fin de un ciclo económico y ello conlleva múltiples transformaciones generadoras de exclusión, frustraciones y desesperanza. El “consenso de Washington” ha concluido, dando paso a un modelo multicéntrico del capitalismo global. Estados Unidos, China, Rusia, Europa y, de cierta manera, América Latina[16], representan modelos específicos de ese  capitalismo global que se expande sin límites en todos los confines de la Tierra.

A pesar de las “características específicas” de cada uno de estos países o bloques de países, todos dejan intacta la economía de mercado, lo que reduce en la práctica las “diferencias” a la manera en que cada proyecto particular reprime los antagonismos locales que emergen de la dinámica del desarrollo capitalista global.

Es irrefutable el avance a paso agigantado del capitalismo desde el Congo al Ecuador. China y Viet Nam son ejemplos fidedignos de su rápido crecimiento. Pese a todos los augurios, el capitalismo se renueva con cada “crisis” y presume una salud inquebrantable. Lo que nos lleva a concluir que sea cual sea el desenlace de esta insurrección, Chile se dirije inexorablemente hacia más capitalismo.

Así, el “porvenir” [17] que pronostica el remix de El Pueblo Unido, se reduce a más de lo mismo pero ahora, probablemente de la mano de la izquierda. «La luz/de un rojo amanecer»[18]  que anuncia «la vida que vendrá»[19]  no es sino la extraña luminosidad escarlata de la niebla tóxica de las principales ciudades chilenas[20] , el aviso de la hecatombe ambiental que se aproxima por la elevada contaminación industrial, la despiadada explotación minera y la sobrecarga vehícular, todo obra y gracia de la depredación capitalista y; «la vida que vendrá», consecuentemente, será posapocalíptica pero, para entonces, seguro tendremos que agradecer a Monsanto por las provisiones de frutas y verduras a precios accesibles, en los albores de un capitalismo colaborativo.

Empero, esta certeza no nos amedrenta. Al contrario, nos invita a abandonar todos los encasillamientos utópicos y a reafirmar la Anarquía en el siglo XXI como un campo de guerra permanente. Reconocer que no hay alternativa, no es un llamado a claudicar sino la expresión gutural que nos incita al abordaje anárquico con el cuchillo entre los dientes, una propuesta de guerra cotidiana: todas las razones inmanentes para hacer que viva la Anarquía aquí y ahora, hasta que no quede huella de institución o autoridad alguna.

Gustavo Rodríguez,
Planeta Tierra, 24 de noviembre de 2019.

Posdata ineludible: El enemigo de la Anarquía en Chile ya no es el gobierno represivo de Piñera (con sus pacos asesinos en la calle y los milicos bayoneta en ristre) sino aquellos que celebran sinceramente el “triunfo” y comienzan a jugar la carta de la Asamblea Constituyente y afilan sus colmillos para abril 2020. El nuevo enemigo es esa fuerza instituyente que comienza a mostrar el rostro. Combatirla  –con la misma furia con que se ha confrontado a los actuales poderes– es el objetivo. Queda poco tiempo y mucho por destruir. Aún no se ha incendiado ninguna sede del Partido Comunista ni se le ha otorgado su merecido baño de mierda al diputado Boris Barrera.

 

[1] Con información recabada a partir de los comunicados de diferentes grupos de afinidad y/o colectivos alojados en los portales afines Anarquía Info (//anarquia.info), ContraInfo (//es-contrainfo.espiv.net) y, ANA (//noticiasanarquistas.noblogs.org/) y, a través del intercambio epistolar con entrañables compañeros y compañeras, testigos y protagonistas de los acontecimientos.
[2] Bakunin,  Miguel, Cartas a un francés sobre la crisis actual, 25 de agosto de 1870, recogido en: Obras completas, tomo I, Las Ediciones de La Piqueta, Madrid, 1977,  P.55.
[3] Ibídem, P.78.
[4] Disponible en: //www.youtube.com/watch?v=IUOF9wxrYFI
[5] Ibídem.
[6] Ibídem.
[7] Ibídem.
[8] Quienes rubrican la misiva en cuestión no merecen ser citados y exigen una respuesta in situ mucho más contundente que la que les puedo dar por esta vía .
[9] Ibídem.
[10] Ibídem.
[11] Ibídem.
[12] Conferencia multicitada en mi carta anterior, impartida en la Universidad Pantio, Atenas. Recogida en: Alfredo M. Bonanno, Dominación y revuelta, segunda edición revisada y corregida con adiciones, Edizioni Anarchismo, Trieste, 2015. pp. 139 – 176
[13] Ibídem.
[14] O al menos, eso intentan hacernos creer. Estados Unidos, China, Rusia e incluso Irán, comparten intereses en el combate a ISIS y sus células internacionales,  aunque en realidad simulan combatirlo con el objetivo de machacar a sus verdaderos enemigos.
[15] Tal es el caso de Jeremy Rifkin y su denominado “procomún colaborativo” –que tanto ha permeado en nuestras tiendas– donde identifica un nuevo modo de producción e intercambio que renuncia a las relaciones de mercado y a la propiedad privada, de la mano del “Internet de las cosas” y las ventajas de una sociedad de coste marginal casi nulo dando paso a la “cornucopia sostenible”.  Para mayor información, Vid., Rifkin, Jeremy, La sociedad de coste marginal cero: El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el ecplipse del capitalismo, Paidós, Barcelona, 2014.
[16] Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que en Latinoamérica el capitalismo populista está en ascenso. Cuba, Nicaragua, Venezuela y la Bolivia del depuesto Evo Morales, son ejemplos concretos del Capitalismo de Estado del Siglo XXI. El Hombre Nuevo ha sufrido una contundente metamorfosis y ha devenido en Homo Capitalista, dispuesto a arrasar y devastar la Tierra. Aquel viejo chiste cubano de finales de los setentas cobra sentido: “los gusanos han regresado transformados en mariposas”.
[17] Por esas coincidencias fútiles de la vida la letra del remix ha sido sugestivamente alojada en: //www.marxists.org/subject/art/music/lyrics/es/el-pueblo.htm
[18] Ibídem.
[19] Ibídem.
[20] Chile tiene nueve de las diez urbes más contaminadas de América Latina (Padre las Casas, Osorno, Coyhaique, Valdivia, Temuco, Santiago, Linares, Rancagua y Puerto Montt). //radio.uchile.cl/2019/03/06/ciudades-chilenas-son-las-mas-contaminadas-de-sudamerica/

Carta a un(a) chileno(a) sobre la situación actual. (Parte I).

Escrito por Gustavo Rodríguez. Parte I de II.


—A Joaquín García Chanks y Marcelo Villarroel Sepúlveda, compañeros y co-conspiradores.

“… toda opinión revolucionaria extrae su fuerza de la secreta convicción de que no se puede cambiar nada.”
– George Orwell, El camino a Wigan Pier.

“Alicia: ¿Cuánto dura para siempre?
Conejo blanco: A veces sólo un instante.”
Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas.

El mal-estar es el nuevo punto de partida de las impetuosas protestas populares que recorren la geografía global. Hong Kong, Francia, Argelia, Irak, Haití, Líbano, Cataluña, Ecuador, Bolivia y Chile, son los fastuosos protagonistas de la ola de revueltas urbanas multitudinarias que estremece al mundo.

Si bien es cierto que estas profusas protestas tienen detonantes muy particulares que las explican (específicamente Hong Kong y Cataluña con sus devaneos independentistas), sería ingenuo pensar que esta rabia acumulada está desconectada. El incremento en los costos de bienes y servicios, aunado a la austeridad –con su consiguiente pérdida de empleos y la desigual supervivencia económica a medida que el crecimiento global se desacelera–, son el denominador común de la mayoría de estas movilizaciones.

Sin embargo, es innegable que estas protestas también comparten otro gran telón de fondo que rebasa con creces el análisis economicista y que muy convenientemente no se aborda en los medios de domesticación masiva e intencionalmente se escapa al análisis de los politólogos y los apologistas de la dominación: la convulsión antigobernista, el hartazgo contra quienes gobiernan y, contra todos los partidos políticos sean del color ideológico que sean. Característica que constriñe la ausencia de liderazgos y/o dirigentes y, facilita la efímera concreción de la Anarquía.

Sin duda, los rasgos específicos de este último ensamblaje antagonista, excita a priori a muchas compañeras y compañeros anarquistas, que continúan analizando los acontecimientos a través de la lente de la ideología y se mantienen varados en anquilosados paradigmas decimonónicos. Nada más letal para las ideologías que la realidad misma.

Evidentemente, aquel viejo modelo de sociedad anarquista que se configuraba alrededor de un marco valorativo, de un prototipo de sociedad, de un proyecto de cambio y de una práctica correspondiente, ya no puede ser replicado en nuestros días.

Como bien señaló el compañero Alfredo Bonanno en una de sus conferencias celebradas en Atenas, intitulada La destrucción del trabajo: «Lo primero que debemos eliminar de nuestras mentes es pensar que en el futuro, aún en el caso de concretarse la revolución, hay algo que heredar del Estado y el Capital. ¿Recuerdan los viejos análisis de compañeros de hace veinte, treinta años, cuando se pensaba que a través de la expropiación revolucionaria de los medios de producción de las manos de los capitalistas y su entrega a los proletarios –debidamente educados en la autogestión–, se crearía la nueva sociedad? Pues esto ya no es posible.»i

Hoy, no basta con la multiplicación de las revueltas espontáneas ni con la generalización de la huelga ni con el triunfo de una Revolución Social ni con expropiar los medios de producción e invertir las estructuras piramidales de dominación para que las condiciones autogestionarias y libertarias de convivencia se materialicen como posibilidad inmediata.

Empero, no podemos conformarnos con señalar que las viejas luchas ya no son válidas en nuestros días.

De nueva cuenta estamos con la misma incapacidad de siempre de poder cruzar la línea y pasar de una vez por todas al otro lado. Con la incapacidad de abandonar el callejón sin salida que nos induce el Poder, de librarnos de nosotros mismos, de desenmarañar el camino y renunciar definitivamente al recorrido circular. Nos toca entonces revisar minuciosamente nuestro andamiaje histórico, retirarle las tablas podridas y/o erosionadas por el tiempo y remplazarlas por sólidos y frescos maderos.

Tendremos que re-pensar la Anarquía o, pensar contra el pensar. Invertir los diagramas. Pensar –nos recuerda Deleuze desde el Infierno–, consiste en «lazar cada vez una flecha desde uno mismo al blanco que es el otro, hacer que brille un rayo de luz en las palabras, hacer que se oiga un grito en las cosas visibles. Pensar es lograr que ver alcance su límite, y hablar el suyo (…) es emitir singularidades, lanzar los dados. La tirada de dados expresa que pensar siempre procede del afuera (ese afuera que ya se hundía en el intersticio o constituía el límite común). Pensar no es algo innato ni adquirido. No es el ejercicio innato de una facultad, pero tampoco es un learning que se constituye en el mundo exterior.»ii

Déjà vécu

Para quienes éramos adolecentes en aquel icónico año de 1968 –y para aquellos que me aventajan en almanaques y lo vivieron lanzando adoquines o en escenarios mucho más comprometedores–, las exuberantes revueltas que hoy nos ocupan nos provocan una suerte de déjà vécu, es decir, esa sensación de “ya vivido”, de que la historia se repite o de haber enfrentado esa misma experiencia en el pasado.

En efecto, las movilizaciones masivas no son nuevas. Las manifestaciones setentayocheras también fueron multitudinarias y conformaron un movimiento arrasador de contenido antiautoritario –jamás previsto y mucho menos promovido por las iglesias del anarquismo oficial de aquel momento– que desbordó las coordenadas políticas y económicas que lo expresaron dando vida a una crisis civilizatoria que ponía en jaque a la sociedad disciplinaria y anticipaba la crisis del mundo capitalista de la década de 1970 y el derrumbe del Estado benefactor.

Después siguieron las protestas –igualmente multitudinarias– contra la guerra en Indochina (Viet Nam, Laos y Cambodia). Posteriormente, vendría el mayo del 77 italiano, seguido de las manifestaciones antinucleares y, para cerrar el siglo, en el año de 1999, se desataría una cadena de movilizaciones contra la denominada “globalización” a nivel internacional (Seattle, Washington, Praga, Quebec, Génova, Barcelona, Tesalónica, Varsovia, Guadalajara) extendiéndose hasta 2004.

Con fecha mucho más próxima en el tiempo, vimos las masivas movilizaciones y acampadas protagonizadas por el movimiento 15-M, también bautizado como “movimiento de l@s indignad@s” (2011-2015) en el Estado español y, su réplica, el movimiento Occupy Wall Street (de 2011-2012); así como las protestas en la Plaza Síntagma de Atenas y las realizadas por el movimiento Nuit debout en París y, aún más recientes, las realizadas por “Los chalecos amarillos”.

Pese al espíritu contestatario que las animó y su expontaneidad manifiesta, todas estas movilizaciones (sin excepción), agotaron su férreo ímpetu insumiso recreando la dialéctica marxista del poder constituyente y, concluyeron atrapadas en los dispositivos de captura del sistema de dominación. Como nos recuerda el compañero Bonanno «La máquina del 68 produjo los mejores funcionarios del nuevo Estado tecno-burocrático».iii

He aquí la portentosa capacidad de cooptación por parte de las estructuras de dominación de los movimientos sociales como fuente inagotable de restauración.

Así, vimos transformarse al “movimiento de l@s indignad@s” de las plazas del Estado español en Podemos y constituirse en defensores de la ley y el orden en nombre de los humildes; y a Syriza, abandonar las plazas de Atenas e implementar las políticas de austeridad de la Unión Europea, convirtiéndose en su fiel ejecutor una vez en el gobierno. O, a la Nuit debout llamando a instituir una nueva Constitución y, al movimiento Occupy Wall Street, engrosando las filas de Bernie Sanders en su contienda por la Casa Blanca.

En realidad, un vez hecho este recuento de protestas y movilizaciones pasadas, nos surge cierta incertidumbre que nos invita a cuestionarnos si realmente estamos percibiendo un déjà vécu, es decir; si de verdad se está repitiendo la historia y si tenemos la absoluta certeza de que estas vivencias ya sucedieron antes o, estamos experimentando una alteración de la memoria que nos hace creer que recordamos situaciones que nunca han ocurrido y, verdaderamente, estamos ante un fenómeno nunca visto, nunca oído y ni siquiera soñado.

Si en Mayo del 68 las protestas fueron inspiradas en la utopía constituyente –al igual que toda la retahila de movilizaciones antes mencionadas–; es evidente la ausencia de perspectiva utópica en las actuales movilizaciones que estremecen al mundo. La rabia y la desesperanza no tienen motivaciones utilitarias, no son políticas ni idiológicasiv, son “irracionales”, van más allá de la negación intrapolítica y están impulsadas por una tensión disutópica.

Aunque por momentos la protesta se entremezcle y confunda con las demandas ciudadanistas impulsadas por partidos y sindicatos –siempre prestos a sumarse a la reacción populista predominante–, la excedencia negativa que emerge de la misma articula las pasiones reprimidas y la fuerza erótica de la sedición creando subjetividades insurreccionales volátiles que dan fugaz vida a la Anarquía, subvirtiendo el orden y provocando crisis en los dispositivos de captura.

Instantáneas de la revuelta chilena (primer acercamiento)v

Desde el 18 de octubre del año en curso, Chile se ha convertido en el epicentro de la insurrección latinoamericana, regalándonos verdaderas batallas callejeras contra milicos y esbirros de la policía. Tras quince días de perenne revuelta, el fuego insurgente generalizado ha logrado interrumpir la inmunda normalidad que prevalecía tras el amañado “tránsito a la democracia”, después de largos años de fascismo, impuestos a sangre y fuego por la dictadura militar-empresarial del general Augusto Pinochet.

Sin lugar a dudas, la insurrección generalizada que hoy se vive en Chile es el rostro fehaciente de la desesperanza, el gesto nihilista de quien ha abandonado la espera, la explosión de la rabia anárquica que hemos venido intuyendo desde comienzos de siglo una nutrida órbita de afinidades subversivas, un conjunto de cómplices y co-conspiradores con vívida presencia y experiencia práctica alrededor del mundo.

Más allá de los miles de grafitis de templado puño ácrata que hoy dan aliento a la prologada rebelión en las ciudades de Santiago, Valparaíso y Concepción, la conflictividad se manifiesta de múltiples maneras a lo largo de la región chilena.

En Santiago, además de la movilización de 1.2 millones de manifestantes que ha hecho noticia en todos los telediarios –con sus efectos performativos y su magnitud simbólica–, se ha concretado el acostumbrado ataque a los íconos de la dominación, descargando toda la ira contenida contra las multinacionales capitalistas, destruyendo la mercancía, quemado decenas de autobuses del transporte público, vehículos y edificios, saboteado e incendiado estaciones del metro y, realizado numerosas expropiaciones multitudinarias en tiendas y supermercados.

Continuando con el asalto a los símbolos, fue atacado en tres ocasiones el canal de televisión “Mega” por jóvenes enmascarados con artefactos incendiarios. Una estatua en honor a la policía fue volada en pedazos en la comuna Barnechea, junto a tantos otros monumentos –símbolos icónicos de la dominación–, que han sido destruidos en incontables plazas del país.

De igual modo, ríos de manifestantes han intentado tomar La Moneda en repetidas ocasiones, enfrentando la feroz respuesta de milicos y carabineros. El asalto a la casa de gobierno, se ha convertido en el objetivo principal de la insurrección social, impulsando cierta reminiscencia de la toma del Palacio de Invierno que debería llamarnos a la reflexión.

Apuntes para una reflexión colectiva

¿Por qué tendríamos que asaltar La Moneda? Nuestro propósito no es tomar palacios sino demolerlos. O lo que es lo mismo: sustraernos del Poder. Es decir, aplastar cada vestigio del poder constituido y abortar todo intento de poder constituyente.

En este sentido, debe quedarnos muy claro que los esfuerzos convergentes de los pacos rojos y demás agentes de la izquierda del Capital, con su Mesa de Unidad Social y sus insistentes llamados al plebiscito, a «una nueva Constitución con participación ciudadana vinculante» y, a la conformación de la Asamblea Constituyente; al igual que la intentona controladora del Movimiento Allendista por una Nueva Constitución vi; o la repulsiva convocatoria del Frente Patriótico Manuel Rodríguez a «los militares patriotas, a los carabineros conscientes» a que «se subordinen al pueblo y aporten a la lucha y al término de los malos gobiernos»vii; y los alaridos esquizoides de Izquierda Libertaria y, Socialismo y Libertad clamando por la «unidad popular»; no solo son ajenos a nuestros objetivos de lucha sino que representan un nuevo intento de perpetuar la dominación y afianzar al Capital “con rostro humano”. Tentativa que debemos combatir con el mismo impetú con que enfrentamos al poder constítuido.

Incluso, ante el llamado del ala más radical de la socialdemocracia armada, el denominado Frente Patriótico Manuel Rodríguez-Autónomo (FPMR-A) y el Movimiento de Izquierda Revolucionario-Ejército Guerrillero de los Pobres (MIR-EGP), no sólo nos toca mantener una sana distancia extremadamente escéptica sino confrontar por todos los medios posibles su oferta de Poder Popular.

Desafortunadamente, aún hay compañeras y compañeros que insisten en el carácter “social” de la revuelta contemporánea y mantienen sus expectativas en una pretendida –e irrealizable en nuestros días– sociedad libertaria que, como bien señaló Alfredo en la conferencia antes citada: «estoy convencido que incluso si “la anarquía se realizara”, los anarquistas serían críticos de esa anarquía constituida. Porque ese anarquismo sería una institución anarquista, y estoy seguro que la gran mayoría de los compañeros estarían en contra de ese tipo de anarquismo»viii

Para muchos amantes de la lucha social desde las múltiples y particulares interpretaciones del anarquismo, debemos «comprender que la lucha contra el capital tiene varios frentes y formas de acción» para poder avanzar «hacia el futuro, nuestro futuro».ix

Afirmación ésta no solo difícil de “comprender” sino de digerir desde la óptica anárquica contemporánea sin sucumbir en posicionamientos reformistas de claro signo socialdemócrata. Sin duda alguna, los integrantes del colectivo editorial de este zine –y quienes lo reproducen casi seis años después–, todavía tienen fe en «nuestro futuro» y para ello, no escatiman en conformar alianzas con «otros revolucionarios» y participar en «varios frentes» y en diferentes «formas de acción».

Indiscutiblemente, cuando se buscan alianzas se termina por modificar los objetivos en aras de la justificación política de la lucha: un «futuro mejor». Sin reparar que la fe en el futuro es esencial para perpetuar la dominación. Vivir siempre en futuro es precisamente el método tradicional para no vivir aquí y ahora, apartándose para siempre del conflicto permanente implícito en el concurso de la guerra anárquica. ¡Eso ya nos lo advertía desde hace un siglo nuestro Novatori!

En el fondo, detrás de ese posicionamiento, se albergan las desfasadas aspiraciones instituyentes. Fieles al eco de los cantos de sirenas, intuímos en ellos coplas de elogio a la libertad –que siempre retumban en los albores de toda Revolución–, ignorando que en realidad son himnos de alabanza al nuevo Poder constituyente.

Después, vendrán las ingenuas elucidaciones en busca de motivaciones y causas de “las desviaciones”, de las “traiciones” y se repetira hasta el cansancio la vieja historia de la “revolución traicionada”, en vez de vislumbrar que la Revolución jamás ha estado (ni estará) del lado de la libertad sino al servicio del Poder porque toda revolución es intrísecamente instituyente.

Los Robespierre, el Comité de Salvación Pública, los Lenin, los Stalin, los Castro, la KGB, no son alteraciones y deformaciones de los llamados “procesos revolucionarios” sino su natural consecuencia.

De ahí, nuestra compulsiva obsesión por “reinventar” la Anarquía, para restituirle a la teoría –pero sobre todo a la práctica– su potencia emancipadora. Nada más obsceno en nuestros días que abandonar la Anarquía en nombre de una versión vulgar del “comunismo libertario” posmoderno al que nos convidan como alternativa. Hay que desmantelar los fetiches que nos mantienen varados y renunciar a las alternativas (a todas las alternativas a la venta). Cualquier alternativa a la Anarquía es un signo de claudicación y una salida cobarde que busca perpetuar la dominación bajo la insidiosa máscara de las transformaciones.

Lamentablemente, la visión distorsionada de la ideología –fuertemente enquistada en nuestras tiendas–, aún invita a muchos a concebir el anarquismo como una realización (que “dura para siempre”), en lugar de admitir que se trata de una tensión disutópica que nos proporciona instantes de Anarquía que tenemos que extender mediante el ataque certero pero, para poder cristalizar el ataque, para materializar la voluntad destructora, se requiere la previa organización de la insurrección anárquica; es decir, se necesita la articulación informal de pequeños grupos de afinidad capaces de coordinarse e intervenir anárquicamente durante un movimiento insurreccional espontáneo.

Así y solo así, damos vida a la Anarquía en esas interrupciones efímeras de toda “normalidad”, extendiendo el talante ilegalista, propagando el caos hasta las últimas consecuencias, destruyendo el trabajo y todos los pilares de la dominación.

Como nos recuerda Conejo blanco (Alicia en el país de las maravillas): para siempre a veces sólo dura un instante y es en ese lapso de tiempo que debemos de hacer estallar todos los puentes de retorno, quemar todas las naves de regreso e, incendiar la mercancía, demoler la máquina recuperadora. Para ello debemos de estar preparados aunque meramente se concrete un efímero instante de Anarquía, sabedores que su existencia es sólo de ocasión.

El objetivo no es luchar para instaurar el anarquismo. Lo esencial es vivir la Anarquía en la lucha cotidiana con esa pasión vital que nos inunda y potencia nuestro intransigente accionar, recordándole a los vencedores del presente que JAMÁS volverán a dormir en paz.

Gustavo Rodríguez,
Planeta Tierra, 2 de noviembre de 2019.

i Conferencia impartida en la Universidad Pantio, Atenas. Recogida en: Alfredo M. Bonanno, Dominación y revuelta, segunda edición revisada y corregida con adiciones, Edizioni Anarchismo, Trieste, 2015. pp. 139 – 176

ii Deleuze, Gilles, Foucault, Ediciones Culturales Paidós, México, 2016, pp. 151-152.

iii Bonanno, Alfredo M., El placer armado, disponible en:https://zinelibrary.files.wordpress.com/2016/01/el_placer_armado.pdf (Consultado 1/11/19).

iv Vale aquí, de nueva cuenta, hacer la distinción de los casos de Hong Kong y Cataluña, donde las motivaciones sí son políticas e ideológicas.

v Con información de los portales afines Anarquía Info (//anarquia.info), ContraInfo (//es-contrainfo.espiv.net) y, ANA (//noticiasanarquistas.noblogs.org/)

vi Alianza proto stalinista conformada por el Partido Comunista-Acción Proletaria (PC-AP), Izquierda Cristiana (IC) y, el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).

vii FPMR, “Un gobierno provisional, una Asamblea constituyente, nueva constitución”. Disponible en: //www.fpmr.cl/web/ (Consultado 1/11/19).

viii Óp.Cit., Alfredo M. Bonanno, Dominación y revuelta, pp. 139 – 176.

ix V.P., Colectivo La Peste, “La organización en la lucha social: una crítica libertaria”, Publicado originalmente en Pestezine, Nº11, Mayo 2013, republicado por quienes insisten en la misma cantaleta el 22 de enero de 2019 en Portal Oaca, Disponible en: //www.portaloaca.com/opinion/14123-la-organizacion-en-la-lucha-social-una-critica-libertaria.html (Consultado 1/11/19).

¡Aplastémosle la cabeza!

Escrito realizado por Gustavo Rodríguez aparecido en la publicación chilena Madre Tierra.


«…esos socialistas […] no pudiendo decir que nosotros traficamos con los principios o explotamos a nuestros compañeros, fingen tenernos lástima y dan a entender que somos ilusos o estamos locos; cuando subimos las gradas del cadalso y vamos por cientos a las prisiones, enmudecen por el despecho […] Va siendo ya tiempo que les arranquemos el antifaz y los presentemos tal cual son. Tenedlo entendido, esas figurillas son más perjudiciales que los mismos capitalistas […] tratándose de tales sabandijas, se hace un gran servicio a la causa de nuestra emancipación aplastándoles la cabeza.»

José Cayetano Campos,
Mayo de 1888.

Le sobraba razón y clarividencia a J.C. Campos –por allá de los ochenta del Siglo XIX– para fustigar a la repulsiva izquierda que, desde aquellos años, intentaba desprestigiar, desarticular e infiltrar al movimiento anarquista a ambas orillas del Atlántico, imponiéndonos su visión economicista y, su programa autoritario y reformista. Desde las páginas de su periódico (El Despertar), en la ciudad de Nueva York y, El Productor de Barcelona, Campos incitaba a los anarquistas a aplastarle la cabeza a “tales sabandijas”, oponiéndose radicalmente al legalismo izquierdista que hacía estragos en nuestras tiendas. En efecto, frente a estas desviaciones –ya desde 1885–, Campos dejaba constancia de su propuesta ilegalista en una ponencia que enviara al Primer Certamen Socialista Libertario a celebrarse en Reus, donde planteaba la insurrección anárquica en total oposición a la tendencia legalista que por aquellas fechas dominaba el anarquismo ibérico bajo la tutela de la Comisión Federal de la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE)i. Con sus crónicas, artículos y cartas –publicadas en El Productor de Barcelona y, El Productor de La Habana–, influyó de manera terminante en las reflexiones del anarquismo castellanoparlanteii, impulsando las resoluciones del Congreso Internacional Anarquista de Londres (1881) y el llamado a la «propaganda por el hecho» de manera individual y colectiva, invitando a abandonar las ataduras de la legalidad. Fue él quién promovió el radical accionar anárquico contra los representantes del Estado y los amos capitalistas, además de avivar la organización informal en pequeños grupos de afinidad. Estas propuestas verían sus frutos en la década de 1890 en la región española (metodología que se prolonga hasta entrados los años treinta del siglo XX, propagándose en todos los confines de la Tierra donde hubiese presencia anárquica) y pondrían fin a la FTRE en el Congreso de Valencia (1888), disolviendo esta pesada estructura que «caminaba anémica en su mal llamado anárquico»iii, dando paso a la Organización Anarquista de la Región Española (OARE). Decisión que marcaba el «nuevo rumbo tomado por la mayoría de los anarquistas de España»iv e inducía la coordinación en red de los grupos de afinidad para la acción anárquica, con plena autonomía para los grupos locales. Esta «evolución» teórico-práctica, se concretaba en 1890 con un portentoso salto cualitativo que rompía con las tácticas izquierdistas y marcaba distancia con la penetración progresiva de los «discípulos de Marx». En una invocación, publicada en la edición número 197 de El Productor, con fecha 30 de abril de 1890, se exponía sin tapujos: «La libertad no se pide, se toma […] obran muy mal los compañeros que se limitan a hacer una manifestación y acudir a las autoridades para que sea atendida su petición». Y, en otro artículo de ese mismo número, dejaba en claro que «Las ocho horas es un grito de guerra; mejor dicho, un episodio de guerra, pero no el objetivo de nuestra guerra»v. Como era de esperarse, tras este ejercicio consciente de demarcación, la edición número 198 de El Productor, del viernes 4 de julio de 1890, vería las calles sin el acostumbrado subtítulo de “periódico socialista”, calificativo que «no podemos ya con decoro ostentar un minuto más» y, en su lugar, se asumiría resueltamente anarquista.

Me tomé la licencia de traer a colación esta riquísima página de nuestra historia con dos finalidades. La primera, demostrar, una vez más, que el anarquismo y la izquierda –incluidas las mil y una sectas leninistas–, transitamos sendas opuestas desde el antediluviano nacimiento del mismísimo Matusalén. Y, la segunda, invitar a todas y todos los lectores afines a cuestionarnos cuándo y por qué abandonamos la anárquica práctica de aplastarles la cabeza (sin misericordia) a “tales sabandijas”. No como una actividad específica en la que pongamos particular empeño, sino como una práctica consecuente, que nos motive a cultivar la misma enjundia que ponemos en machacarle la cabeza a la derecha, ratificando que no somos (ni hemos sido, ni seremos) de izquierda, ni tampoco somos (ni podemos ser) sus “compañeros de viaje”, porque tenemos objetivos antagónicos.

El viejo movimiento anárquico de los siglos XIX y XX, combatió constantemente y sin reserva todos los intentos recuperadores y/o represores de la socialdemocracia (cuartelera o electoral), confrontando las traiciones de la izquierda en todos los confines. Sobran ejemplos que ilustran y corroboran esta práctica:

El editorial del periódico «Anárjiya» del 25 de septiembre de 1919, es una evidencia indiscutible del llamado de los anarquistas rusos a desatar e intensificar una ola de atentados contra los bolcheviques, proclamando la “era de la dinamita” en respuesta a la represión que Lenin y Trotsky habían iniciado en su contra. Ese mismo día, la sede del Comité Central del Partido Comunista de Moscú, sería destruida por una potente carga explosiva, dando muerte a doce miembros del partido y dejando heridos a más de medio centenar, entre los que se encontraban Emilián Yaraslavski y Nikolái Bujarín. De 1919 a 1922, los anarquistas rusos, realizarían múltiples atentados dinamiteros y represalias armadas contra los leninistas, ejecutando en las calles de Moscú a cuadros medios y bases del Partido Comunista. Lamentablemente, la llamada «Tercera Revolución», fue aplastada por el Estado bolchevique, encarcelando y asesinando a todos los anarquistas que no lograron exilarse.vi

El 28 de julio de 1933, la Ciudad de La Habana quedó paralizada al estallar una huelga del sector de Motoristas y Conductores, a la iniciativa también se sumaron los obreros tranviarios. La «Guerra de Brazos Caídos»vii–promovida por los anarcosindicalistas de la Federación Obrera de La Habana (FOH), la Federación de Grupos Anarquistas de Cuba (FGAC) y, los sectores revolucionarios más radicales–, se extendió por toda la Isla, concretándose la invocada huelga general hasta el derrocamiento del tirano (Gerardo Machado). «El día 7 de agosto, cuando el gran movimiento de brazos caídos contra el Machadato se mantenía firme en toda la Isla»viii y era indudable el derrocamiento de la dictadura, el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), siguiendo órdenes de Moscú, pactaba con el tirano el fin de la huelga, llamando a todos los sectores a regresar al trabajo, a cambio del reconocimiento del Partido Comunista y el brazo de la Komintern en la Isla (Defensa Obrera Internacional), así como la administración y dirección del Campamento Provisional General Machado. Ese mismo día, los esbirros de Machado salieron a las calles con la orden de asesinar, ametrallando al pueblo en general. Sin embargo, la huelga no se detuvo, haciendo caso omiso al llamado de los bolcheviques caribeños. En represalia, la noche del 27 de agosto, los comunistas protagonizaban el asalto armado al local de la FOH, asesinando a un compañero e hiriendo a otros. La Federación de Grupos Anarquistas de Cuba, respondería con un «Manifiesto» en el que dejaba constancia que «consciente de su responsabilidad histórica en el actual momento de confusión, debido a la infiltración de los bolcheviques (Confederación Nacional Obrera de Cuba y Partido Comunista) en el movimiento obrero de Cuba, se ve obligada a exponer […] la rastrera labor del Partido Comunista y de la CNOC, mientras se desarrollaba en los últimos días el gran movimiento de brazos caídos que se extendió por toda la República y que, indudablemente, sacudió y aceleró la caída del Machadato»ix, reafirmando su postura anti-leninistax y, retomando la guerra sin cuartel contra los eternos traidores.xi

Entre los días 3 y 8 de mayo de 1937, tendrían lugar las famosas «Jornadas de Mayo» en Barcelona. El lunes 3, más de un centenar de policías a las órdenes del consejero de Orden Público de la Generalitat, irrumpieron en la Central Telefónica –gestionada, mediante un decreto legal, por la anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT)–, con el objetivo de controlar ese estratégico centro de comunicaciones. Ante la agresión, los trabajadores anarcosindicalistas respondieron con fuego, lo que provocó que las autoridades policiacas pidieran refuerzos. Tres camiones de las repudiadas Guardias de Asalto (controladas por los stalinistas), acudirían al llamado junto al jefe de la Comisaría (“anarquista”) y el jefe de las Patrullas de Control (también “anarquista”). Tras el enfrentamiento, Dionisio Eroles, jefe de la Comisaría, exigió a los anarcosindicalistas deponer las armas, permitiendo la ocupación militar de las instalaciones. Siendo esta la gota que derramaría la copa de las tensiones entre las fuerzas que constituían el gobierno frentepopulista del Consell de la Generalitat (Esquerra Republicana de Cataluña, la Confederación Nacional del Trabajo, la Federación Anarquista Ibérica, la Unió de Rabassaires, la Unión General de Trabajadores y el Partido Socialista Unificado de Cataluña) y, las fuerzas revolucionarias, donde destacaba la base anarcosindicalista. La respuesta de los anarquistas –particularmente las Juventudes Libertarias– y, los militantes del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), junto a otros grupos minoritarios como la Asociación Amigos de Durruti (proto plataformista) y la trotskista Sección Bolchevique-Leninista de España (SBLE), no se hicieron esperar, levantando barricadas y confrontando con las armas a la coalición de partidos reformistas y sindicatos que conformaban el Frente Popularxii. En pocas horas, se desató en Barcelona una verdadera guerra social al interior de la propia guerra civil que se extendería a otras ciudades vecinas como Tarragona y Reus y, continuaría hasta las primeras horas del día 8 de mayo. Al día siguiente (4/5), grupos de anarquistas armados atacaron los cuarteles de los Guardias de Asalto, edificios partidistas y gubernamentales. Mientras los ministros “anarquistas”, García Oliver y Federica Montseny, exhortaban por la radio a los anarquistas a deponer las armas y regresar al trabajo. De igual forma, Mariano Rodríguez Vázquez, secretario general de la CNT y, Jacinto Toryho, director del tabloide anarcosindicalista “Solidaridad Obrera”, llamaban al cese de la insurrección. En horas de la mañana del 5 de mayo, los Guardias de Asalto, atacaron el local de la Federación Local de Juventudes Libertarias y la sede del sindicato médico. Ese mismo día por la tarde, serían asesinados los anarquistas italianos Camilo Berneri y Francesco Barbieri, a manos de la policía y miembros del stalinista PSUC. Francotiradores anarquistas ejecutarían al bolchevique excenetista Antonio Sesé Artasoxiii, secretario general de la UGT, impidiendo que asumiera su reciente nombramiento al nuevo consejo de la Generalitat de Cataluña. El día 7 los anarquistas destruyeron las vías del ferrocarril y volaron todos los puentes que permitían el acceso de las Guardias de Asalto a la ciudad de Barcelona. Paralelamente, la CNT insistía por la radio en su llamado a deponer las armas y regresar al trabajo con la consigna: «¡Abajo las barricadas! ¡Que cada ciudadano se lleve su adoquín! ¡Volvamos a la normalidad!»xiv. La tarde del 8 de mayo la insurrección había sido aplastada con la complicidad cobarde de la dirigencia anarcosindicalista. La Generalidad de Cataluña, los comunistas y los anarcosindicalistas de la CNT/FAI (bajo las “orientaciones” de sus ministros), estaban dispuestos a actuar conjuntamente contra quienes se les opusieran.

Lamentablemente, en todos los casos antemencionados, los anarquistas habían ceñido su agenda (teórico-práctica) a la zaga del pensamiento marxista, adoptando una conceptualización que no les resultaría funcional y mucho menos coherente con su accionar sedicioso (contra todo Poder) y sus aspiraciones de liberación total. Lo que les llevó a asumir objetivos ajenos como propios, estableciendo “compañerismos” y alianzas en función de tales fines. La ilusa convicción de que la Anarquía es una realización –tan en boga en el siglo XIX y XX–, enfiló a muchos de nuestros antecesores por senderos equivocados: identificando a la Revolución como el vehículo indiscutible hacía la realización de la sociedad ideal. Y, al no contar con “las masas” para hacerla, había entonces que forjar todas las alianzas habidas y por haber (incluso con los leninistas) para conseguir el Triunfo.

Así, compañeros extremadamente lúcidos, de claro posicionamiento antibolchevique y críticos acérrimos del “etapismo”, como Enricco Malatesta, también sucumbirían ante las tácticas aliancistas, en busca de «la realización del ideal», concluyendo que: «la revolución será lo que podrá ser, y nuestra tarea es acelerarla y esforzarnos para que sea lo más radical posible […] La revolución no será anarquista si, como verdaderamente ocurre actualmente, las masas no son anarquistas. Pero nosotros somos anarquistas, debemos seguir siéndolo y obrar como tales antes, durante y después de la revolución.xv», poniendo el pecho a priori ante los futuros pelotones de fusilamiento de los dictadores revolucionarios.

Pero, las maniobras de penetración teórica, cooptación, desarticulación e infiltración, no solo eran (y son) la estrategia de la socialdemocracia cuartelera (leninistas); de igual modo, la socialdemocracia electorera, con su consigna «todas las formas de lucha son válidas contra la clase dominante» y, su opción por “el mal menor”, también ha hecho lo propio, provocando profundas desviaciones de las que puede dar cuenta una legión de conversos temerosos «del arribo de la reacción» (el triunfo del fascismo). Con estos mismos argumentos, en 1897, el ex-anarquista Saverio Merlino afinaba su reformismo: «Hay que perfeccionar al sistema, no destruirlo»xvi. Bajo esta falsa premisa –inspirada en los devaneos reformistas de Proudhonxvii–, se fundó en Italia en 1891, el Partido Socialista Anarchico Rivoluzionario. Desde entonces a la fecha, ha crecido y se ha multiplicado una caterva de conversos que han intentado desviar el itinerario de la guerra anárquica, manifestándose inconmensurables “propuestas” al interior de nuestras tiendas.

Respuestas del pasado a necesidades del presente

Adoptar conceptualizaciones ajenas e incoherentes con nuestras aspiraciones de liberación total, compelió a muchos compañeros –entre los que me incluyo–, a identificar la Revolución, la lucha armada o el golpe de Estado, como el vehículo indiscutible que nos conduciría a la realización de la Anarquía. Esta confusión semántica (en realidad, teórica), no solo provocó falsas expectativas en nuestras tiendas, sino produjo lealtades y compromisos insensatos con proyectos íntegramente opuestos a nuestros fines, impactando de manera grave en nuestros círculos, con su inevitable comparsa de rupturas y conversiones con funestas consecuencias. La revolución mexicana de 1910, la revolución bolchevique de 1917, la revolución española de 1936, la castrista de 1959, la sandinista de 1978 o, la neo-zapatista de 1994, son ejemplos fehacientes de inextricables desviaciones que aún están vigentes en nuestras tiendas, ya sea por falta de análisis, carencia de información o (de plano), por deformación teórico-práctica.

Las revoluciones políticas y/o sociales –TODAS–, han sido siempre un radiante polo de atracción para los anarquistas. Indiscutiblemente, nos excita la explosión de las pasiones y el despliegue espontaneo e impetuoso de la multitud –aletargada y conservadora hasta la noche anterior– sedienta de venganza y estremecida por el espectáculo del que se siente partícipe. Confundimos el espíritu de la masa ávida de indemnización, con nuestras ansias demoledoras de toda dominación y nuestros deseos de liberación total.

La porfiada reproducción del mismo error, nos ha llevado y nos lleva a seguir tropezando reiteradamente con la misma piedra (let’s not forget Rojava). Ignorando que no hay una sola revolución en el curso de la historia que nos haya conducido a la liberación total. Siempre e irremediablemente, las revoluciones han estado en función del Poder y, por ende, opuestas a la libertad. No es que se descarrilen de “su cause” ni que traicionen sus ideales primigenios, como ingenuamente siempre hemos pensado. Es el proceso nomotético de su naturaleza autoritaria. Se fraguan con la clara intención de instituir y consolidar un nuevo Poder. En cuanto cesa la efervescencia y la multitud regresa a su habitual letargo –aterrorizada por las ruinas y acuciosa de “normalidad”–, aclama nuevos amos en quienes delegar la vida. Y estos amos no aparecen de la nada. No llegan al poder de manera fortuita, se han estado preparando toda su vida para ejercer un Poder aún más absoluto que el depuesto. Es entonces cuando los anarquistas nos lamentamos pero, resulta demasiado tarde: es el crepúsculo de la libertad y la hora de los dictadores.

Igualmente, amparados en conceptualizaciones ajenas, en nuestras tiendas se ha promovido (y se promueve) el voto o la participación electorera y, hasta se ha inculcado la colaboración parlamentaria. Infundidos de un leninismo posmoderno, que renueva el maquillaje ocultando sus arrugas, algunos sectores del denominado “movimiento” apoyan candidaturas electorales de claro signo socialdemócrata u, optan por conformar estructuras partidistas sumándose a los añejos Frentes Populares –también denominados Frentes Amplios–, en busca de escaños parlamentarios. Tal es el caso de las elecciones presidenciales del 28 de abril en el Estado español y, las de México en el pasado reciente. Pero, más ignominioso aún, es el desastre que se aproxima en Chile y Estados Unidos, donde estructuras pretendidamente “anarquistas”, se aprestan a establecer alianzas políticas para «la toma del Poder» por la vía electoral.

Sin duda, las experiencias mexicana e ibérica guardan grandes similitudes, pese a sutiles diferencias. Substancialmente, en la cínica convocatoria a votar desde supuestas reflexiones “ácratas” comprometidas con la contención de las opciones conservadoras y de ultraderecha. Sin mayor creatividad –y menor talla intelectual–, el llamado a participar en el circo electoral se limitaba a pregonar, como si se tratara del viejo cuento de Los Tres Cerditos, «el advenimiento del fascismo». Si bien los elementos anarco-izquierdistas (neo-plataformistas, socialistas libertarios, neozapatistas y/o anarco-bolcheviques), en ambos casos, aún carecen de la fuerza requerida para conformarse en partido político y establecer las alianzas necesarias y participar en la contienda desde alguna plataforma política; hicieron el proselitismo ineludible (la mayoría de las veces de manera anónima) a favor de sus candidaturas preferidas.

Quizá, la experiencia mexicana ha sido doblemente patética. En un primer momento, los anarco-izquierdistas unieron sus lacónicos esfuerzos al neozapatismo electorero (otrora Ejército Zapatista de Liberación Nacional), apoyando la candidatura independiente de Marichuyxviii y, al no alcanzar las firmas solicitadas por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales vigente, quedaron fuera del juego democrático. Sin embargo, desde una plataforma anónima, se avocaron a desalentar el abstencionismo consciente, inspirados en la máxima de «Crear un Pueblo fuerte, crear barrio, crear comunidad, crear sindicato, crear Colectivos Locales de Abastecimiento y Producción y Comités de Defensa Revolucionaria, es crear Poder Popular, es decir, crear soberanía y autodeterminación, es crear Comunismo Libertario»xix. Aclarando de antemano que «esto no ocurrirá espontáneamente», especificaban que “su rol” es «hacer que las ideas anarco-comunistas se conviertan en ideas guías, en ideas orientadoras, tomando el «liderazgo de las ideas«». Y reafirmaban que «la disyuntiva (una vez más) es entre el fascismo o el Frente Popular»; llamando a votar por el candidato de la coalición Juntos haremos historia «que con su honestidad ha sabido aglutinar a las fuerzas populares más dignas y concientes de nuestro país, indignadas por la corrupción, la impunidad, la violencia del crimen organizado, y la depredación del neoliberalismo, y se presenta como la posibilidad de triunfo de un proyecto muy otro que sitúe a México en el marco de la lucha anti-imperialista latinoamericana»xx.

Con idénticas palabras y frases grandilocuentes similares, pero adaptadas al contexto ibérico, los anarco-izquierdistas peninsulares hacían la misma labor proselitista, llamando a votar para «no hacerle el juego al fascismo». Con este emplazamiento, quedaba al descubierto la labor de zapa de la Federación Estudiantil Libertaria, Embat, Apoyo Mutuo y elementos camuflados al interior de las orgánicas anarcosindicalistas (CNT/CGT), que le apuestan a consolidar «más pronto que tarde […] una política de alianzas constructiva y transformadora, que nos permita engranar con el resto de la izquierda (Izquierda Castellana, Anticapitalistas, Endavant, Poble Lliure, PCE, Comunes, Podemos, Sortu…) en lo local y lo regional. Todo este trabajo nos permitirá a los anarquistas contribuir al movimiento popular y difundir el programa revolucionario en la misión de transformar el país»xxi (Joder, si este discurso es anarquista: ¡que me borren de la lista!).

Lo cierto, es que tanto en el territorio ibérico como en el mexicano, los anarco-bolcheviques –aún sin la fuerza suficiente para constituirse abierta y descaradamente en partido político– lo único que concretaron fue más de lo mismo. En el Estado español, regresaron el poder al Partido Socialista Obrero Español (en la primera de tres citas de estas elecciones adelantadas), tejiéndole un traje a la medida a Pedro Sánchez y, legitimando su presencia en La Moncloa. En México, le devuelven la silla presidencial al viejo Partido Revolucionario Institucional (ahora con “nuevo” rostro y diferente nombre: MORENA). Aquello de “cuidado qué viene el lobo” (perdón: el fascismo), quedó sin sustento al certificar en el poder a estas variantes regionales de ese fascismo que nunca ha dejado de existir a ambas orillas del Atlántico. Sin embargo, es evidente que el “anarco”-leninismo posmoderno, continúa proporcionando respuestas del pasado a las necesidades del presente, aplicando la tesis del “posibilismo libertario”xxii. Lo hicieron en México en 1917-20, lo repitieron en España en 1934 y 1936, en Francia en 1956…

Tentaciones desviacionistas

El desviacionismo tiene una larga tradición en nuestras tiendas. Gracias a la penetración marxista (primero) y leninista (después), podemos enumerar una copiosa lista de giros y desvaríos de claro signo socialdemócrata, acontecidos desde el mencionado desliz proudhoniano hasta la fecha. Sería extraordinariamente tedioso, intentar siquiera enumerar estos episodios y/o dotarlos de fundamentación bibliográfica; sin embargo, no podemos soslayar que todos y cada uno de ellos, exhiben nuestras enormes debilidades en materia de elaboración teórica y, la urgente necesidad de contrastación, refutación y actualización en términos teórico-prácticos. Desafortunadamente, este proceso de penetración no ha hecho sino acentuarse durante un vasto período histórico que comprende desde la Revolución bolchevique hasta el fin de la llamada “guerra fría”, pero que, curiosamente, se redobla con la vertiginosa caída del socialismo realmente existente y la masiva evacuación de militantes de los partidos satélites de Moscú hacia orgánicas antiautoritarias, tratando de cimentar nuevos rostros más presentables.

En este sentido, los constantes desvaríos presentes en el anarquismo en Chile, cobran particular importancia. Después de haber gozado de una presencia preponderante en la región durante los años finales de la última década del siglo XIX y las dos primeras del XX, redujo significativamente su potencia. En un primer momento, a consecuencia de las expectativas generadas por la Revolución bolchevique y la progresiva integración de los trabajadores en las democracias parlamentarias auspiciada por el Partido Demócrata y, posteriormente, por el Partido Obrero Socialista; seguido del apogeo nacionalista que acompañó a la Primera Guerra Mundial y, los cambios ocurridos en las formas productivas. En un segundo período, su decadencia estará marcada por los nefastos efectos del creciente control de los sindicatos por parte del naciente Partido Comunista Chileno –previo Partido Obrero Socialista antes de ser cooptado en 1922 por la Komintern–, imponiendo un sindicalismo autoritario, legalista y manipulado, que quedaría reglamentado con el «Código del Trabajo» de 1931; rematando con el triunfo electoral en la contienda por la presidencia del Frente Popular (integrado por el Partido Comunista, Partido Socialista, Partido Democrático, Partido Radical y la Confederación de Trabajadores de Chile) en 1938. Y, la liquidación definitiva de la anarcosindicalista Confederación General de Trabajadores.

Un confuso y descolorido anarcosindicalismo quedaría por décadas en la penumbra, hasta reaparecer en 1961 en contubernio con el catolicismo social del santón Clotario Blest. La intención sería darle vida a un Frankenstein, bautizado como Movimiento de Fuerzas Revolucionarias (de tendencia anarco-castro-guevarista-cristiano-trotskista-maoísta). Con esta desviación, se diluía la especificidad del anarquismo chileno en un amasijo de tendencias ideológicas, totalmente opuestas a la esencia ácrata, haciendo aún más visible el retroceso progresivo de las ideas antiautoritarias en Chile.

Tras una prolongada ausencia, las ideas anarquistas renacen en la región chilena a finales de la dictadura militar-empresarial del general Augusto Pinochet, contando con escasísimos referentes teórico-prácticos. La influencia directa y el predominio de las organizaciones paramilitares de corte marxista-leninista, sería decisivo en los primeros instantes de este “renacer” sobre un puñado de jóvenes contestatarios en busca de tesis menos autoritarias que les permitiera la participación espontánea en la lucha, sin tener que militar en tales orgánicas políticas. Tuve la oportunidad de conocer por aquellos años (1985/90), en Santiago y en Concepción, a varios de esos jóvenes, algunos exmilitantes de la juventudes del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y a otros, entonces cercanos o, aún involucrados, con el Movimiento Juvenil Lautaro/Movimiento de Acción Popular Unitaria –con los que todavía mantengo relaciones afectivas y hoy son consecuentes anarquistas de praxis–, que deseaban empaparse de toda la teoría contemporánea anarquista (que emanaba principalmente de la experiencia italiana post 1977) y, conformar grupos de afinidad y emprender acciones contra la dominación.

Empero, aquellos jóvenes fueron la excepción. Con el fin de la dictadura, tanto el MAPU-Lautaro como el MIR –inclusive el Frente Patriótico Manuel Rodríguez-Autónomo (FPMR/A)–, se dieron a la tarea de captar jóvenes rebeldes y/o contestatarios, aprovechándose de ciertas simpatías “libertarias”, del confusionismo reinante y, del fetichismo por los “fierros”. De tal suerte, con la retractación definitiva del uso de las armas por parte de estas orgánicas paramilitares y su legalización política de la mano de la habitual opción electorera, la inmensa mayoría de esta juventud ávida de acción, se separa de tales formaciones y, comienza a constituir organizaciones y agrupamientos pretendidamente anarquistas o, en su defecto, a acercarse a las configuraciones existentes.

Los más autónomos, expresarían un máximo de independencia y un mínimo de fidelidad respecto a su formación marxista-leninista, lo que les permitiría integrarse rápidamente al incipiente desarrollo ácrata, asimilando sin dificultad un modelo reticular basado en la organización informal y, asumiendo la guerra permanente contra la dominación. Sin embargo, a muchos de estos compañeros, la fascinación por las armas, la propensión por la especialización y la tendencia a la compartimentación, los conduciría a poner en práctica una interpretación equivocada de las tesis insurreccionales anárquicas. Por su parte, los más “adoctrinados”, consecuentes con su ethos bolchevique, manifestarían un comportamiento contrario; es decir, un mínimo de independencia y un máximo de fidelidad a la ideología marxista-leninista, lo que les impulsará a retomar el discurso del Poder Popular proclamado por el MIR durante el gobierno de la Unidad Popular allendista y, escudriñar en la historia de las deviaciones libertarias, echando mano de la trasnochada Plataforma Organizacional, del Manifiesto Comunista Libertario de Fontenis y, la experiencia proto guevarista de la Federación Anarquista Uruguaya/Partido de la Victoria del Pueblo. De este melting pot, a finales de noviembre de 1999, nacería la madre de todas las desviaciones izquierdistas y de las deformaciones ideológicas contemporáneas del anarquismo chileno: el Congreso de Unificación Anarco-Comunista (C.U.A.C).

El culebrón protagonizado por el anarco-bolchevismo chileno, con su estrategia de dos caras, merece un estudio profundo que incluya el impacto de sus “propuestas” y, una exposición pormenorizada de los efectos inmediatos de esta facción en nuestras tiendasxxiii. Desde luego, esto no corresponde con los objetivos de la presente contribución; no obstante, consideramos necesario exponer a grades rasgos el itinerario de este desatino.

A raíz del Congreso de Unificación Anarco-Comunista (C.U.A.C), vería la luz un engendro de corte neoplataformista que llevaría el mismo nombre. Su autoritarismo congénito y sus influjos leninistas, quedarían plasmados en los Estatutos constitutivos, donde se exige «unidad teórica-práctica», «acción colectiva», y, «disciplina», a toda costa. El segundo punto de sus ordenanzas, dejaría inscritas «las categorías de Simpatizante, Pre-militante y Militante»; mientras, el inciso tres, especifica “los derechos y deberes” de las diferentes categorías. Si bien el punto cinco, sobre la «Ceremonia de recibimiento», no tiene desperdicio y da irremediablemente lugar a una sonora carcajada: «consistirá en la lectura que hará el nuevo compañero, al inicio de la asamblea, de un acta de compromiso que selle su fidelidad ante sus nuevos compañeros y la causa revolucionaria, luego de lo cual se entonarán los himnos «Hijo del Pueblo» y «A las Barricadas». Una vez efectuado esto, se procederá a hacerle entrega de su cartilla de militante y de su distintivo (pañuelo y/o brazalete). Para la ocasión, todos los compañeros deberán asistir con su distintivo puesto. Posteriormente, todos los compañeros procederán a hacer un saludo personalizado cordialmente al compañero». El punto ocho, deja establecida su siniestra política de «alianzas» y; el nueve, enumera las «faltas» que demandan sanciones: «El no cumplimiento de acuerdos contraídos ante los compañeros; la impuntualidad e inasistencias reiteradas, sin justificación razonable; insultar o agredir a un compañero; asumir la representación de la organización, sin consulta a la asamblea y sin su mandato expreso; no pago injustificado de cotizaciones; colaboración con organismos externos para fines contrarrevolucionarios; delación de un compañero; exposición pública de documentación interna o acuerdos reservados; traición de los principios que sustenta la organización»xxiv.

Esta aberración, albergaría dos vertientes del desvarío anarcobolche en Chile, que –pese a sus aparentes discrepancias en cuanto a la participación institucional– persiguen un mismo objetivo: localizar puntos de encuentro con la izquierda de matriz leninista en aras de establecer alianzas que conduzcan a la implantación del Poder Popular (eufemismo con el que se evita nombrar la obsoleta “dictadura del proletariado”). De tal modo, se desarrollarían en su interior dos proyectos paralelos –pero complementarios–, la vertiente de “inserción social” y, la de “inserción institucional” (electorera).

La Organización Comunista Libertaria (OCL-Chile), sería la heredera natural del C.U.A.C., continuando con su proyecto bicéfalo, hasta el año 2013 cuando la vertiente electorera, cobraría fuerzas y tendría nombre propio (Red Libertaria), uniéndose a la plataforma electoral “Tod@s a la Moneda” e, impulsando la candidatura presidencial de Marcel Henri Claude, del Partido Humanista; junto al desaparecido Partido Izquierda Unida; al stalinista Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez; la Unión Nacional Estudiantil y; sectores disidentes del Movimiento Amplio Social. En ese mismo año, y ya encarrerados en contiendas electorales, ganan la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Luego de diferentes desgajes y reagrupamientos de los exmilitantes de la OCL, se haría más evidente la estrategia de los dos proyectos paralelos, apareciendo y desapareciendo infinidad de orgánicas que representaban uno u otro propósito. Tras estos malabares político-ideológicos, los anarcobolcheviques volverían a confluir en un nuevo Congreso Comunista Libertario que duraría dos años (¡!), después de ese largo “proceso”, surge en escena Solidaridad, Federación Comunista Libertaria, consolidando el “frentismo político-social” a pesar de la significativa merma de militantes provocada por el creciente auge de la vertiente electorera.

En junio de 2016, volvería a tomar fuerza la propuesta parlamentaria en los círculos anarcobolches con la presentación pública de Izquierda Libertaria, como resultante de la unión de la OCL, el Frente de Estudiantes Libertarios, la Unidad Muralista Luchador Ernesto Miranda y otros agrupamientos menores; haciendo énfasis en la necesidad de inserción en la institucionalidad del Estado. En abril de 2017, durante un encuentro entre «militantes históricos del proyecto comunista-libertario», feministas y «socialistas independientes», se constituiría el Movimiento Político Socialismo y Libertad (SOL); organización que inmediatamente eligió el trampolín electorero «en la línea de la creación de poder popular […] a través de la movilización social que le dé viabilidad y se articule positivamente con los avances electorales»xxv, sumándose, junto a Izquierda Libertaria, a la denominada «bancada convergente» en el Frente Amplio, compartiendo plataforma con stalinistas, trotskistas, autónomos, liberales, socialdemócratas, ecologistas y otras especies de similar pelaje. En días recientes, la diputada por el Distrito 13 de Izquierda Libertaria, Gael Yeomans, anunciaba la fusión de su grupo político con Nueva Democracia, Socialismo y Libertad (SOL) y el Movimiento Autonomista, conformando el nuevo proyecto político electoral: Partido Socialista Libertario Feminista, que será «uno de los protagonistas en la escena política de la izquierda chilena»xxvi

A modo de conclusión

La mayor de las críticas a la tendencia informal anarquista, proveniente de los círculos anarco-bolcheviques, nos acusa de prácticas endogámicas y, nos señala como “sectarios ingénitos”; motivos por los cuales, estamos condenados, de antemano, a no poder confrontar “de manera seria” al sistema de dominación. Por estas mismas razones, se nos adjudica la incapacidad de comprender “las necesidades del pueblo” y de poder “tomarle el pulso a las luchas”, vislumbrando “las diferentes alternativas que se presentan en virtud de las condiciones”.

Es indiscutible que los anarquistas de praxis, llevamos años conviviendo en un circuito cerrado pero, también es irrefutable que el aislamiento ha erigido un concentrado anárquico reconfortante, que ha dado paso a la revaloración teórico-práctica que hoy asistimos. Desde esta galaxia de plaza sitiada, se ha consolidado la tendencia anárquica más incisiva. Robusteciendo nuestra esencia, hemos cargado pilas y vuelto a salir, convirtiéndonos nuevamente en la peor pesadilla del Poder. Cristalizamos una tendencia radical e inclaudicable, dotada de una crítica trasgresora y consagrada al enfrentamiento permanente con todas las formas y estrategias del Poder. Le hemos dado más vida a la Anarquía –parafraseando al entrañable Mauri– que las multitudes confusas, aletargadas y manipulables que anhela la izquierda revolucionaria para concretar sus oscuros propósitos.

Para las y los anarquistas de praxis del siglo XXI, es evidente que la Anarquía no es una realización, sino una tensión disutópica: la guerra permanente contra el sistema de dominación y contra todo Poder. No un sistema de producción y/o de gobierno, que pueda alcanzarse mediante la toma del Poder (ya sea por la vía electoral o mediante la lucha armada) como reclama para sí el socialismo o el comunismo cuartelero. Estamos conscientes que el objetivo de nuestra guerra –la guerra anárquica–, es la destrucción total de todo lo que nos oprime, no la edificación de un nuevo sistema dispuesto a autogestionar la nocividad y la miseria planetaria.

Sabedores que no hay nada a conquistar, solo un mundo que destruir. Es hora de eliminar de nuestras tiendas los desvaríos y reafirmar principios. La Anarquía existe y se reconoce en nuestras acciones, narrando con hechos la larga historia de nuestra guerra. No necesitamos a la izquierda para concretar la Anarquía. Ella cobra vida en esos efímeros instantes en que se ilumina la noche, rugen nuestras pasiones y retumban los cimientos de la civilización. Hagámosle «un gran servicio a la causa de nuestra emancipación aplastándoles la cabeza.» Nos toca incorporar –de nueva cuenta– a la Izquierda en nuestra nutrida lista de objetivos y, confrontarla en todos los confines a través de la práctica continuada de la libertad intransigente.

Gustavo Rodríguez,
Planeta Tierra, 5 de mayo de 2019.

Posdata perentoria: ¡Solidaridad directa con nuestrxs compañerxs italianxs condenados a largas penas de prisión: Alfredo Cospito, Anna Beniamino, Nicola Gai, Marco Bisesti y Alessandro Mercogliano!

¡Solidaridad directa con lxs compañerxs de la Conspiración de Células de Fuego (CCF), sepultados en vida en las mazmorras del Estado griego! ¡Qué nuestro apoyo se escuche en todos los rincones del planeta! ¡Qué se ilumine la noche!

*Texto original extraído de Madre Tierra, publicación anárquica, No.3, Stgo. De Chile, Mayo 2019.

i Morales Muñoz, Manuel; La subcultura anarquista en España: El Primer Certamen Socialista (1885); en Mélanges de la Casa de Velázquez, t. XXVIII, 1991, pp.56-59.

ii José Cayetano Campos, anarquista cubano radicado en New York, tipógrafo de oficio, amigo y compañero de John Most, tuvo una influencia decisiva en el anarquismo de habla castellana de finales de la década del 80 y a lo largo de los años noventa del siglo XIX –particularmente entre los españoles, cubanos, puertorriqueños y mexicanos, residentes en Estados Unidos y, los lectores de El Productor de Barcelona (en la Península Ibérica) y El Productor de La Habana (en toda la extensión del archipiélago cubano)–, provocando su evolución hacia posiciones de praxis. Gracias a Antonio Pellicer Peraire, que le pusiera en contacto con compañeros catalanes y le invitara a participar en El Productor de Barcelona, se dio a conocer su prosa en la Ciudad Condal. A través de sus descriptivas crónicas sobre los sucesos de Haymarket y la difusión de las propuestas teórico-prácticas de los llamados Mártires de Chicago –donde no ocultaba su adscripción a la propaganda por el hecho–, sensibilizaría profundamente a sus lectores, incitándolos a abandonar el inmovilismo reformista y a apropiarse de la acción directa anárquica. Los primeros en asumir la “evolución” serían los propios redactores de El Productor de Barcelona, destacando el influjo teórico-práctico sobre los compañeros catalanes José Esteve y Palmiro de Lidia (Adrián del Valle) y, el también cubano, Tarrida de Mármol.

iii Serie de cuatro cartas enviadas a El Productor de Barcelona, firmadas por “C”, donde se expone la necesidad de abandonar el reformismo de la FTRE y, dar paso al desarrollo de la guerra anárquica. Vid, El Productor, los números consecutivos publicados del 30 de noviembre al 28 de diciembre de 1888.

iv Ibídem.

v “La Víspera”, El Productor, 30 de abril de 1890.

vi Era demasiado tarde para derrocar a la nueva dictadura. Los propios anarquistas (principalmente los anarco-sindicalistas y las tropas anarco-comunistas ucranianas bajo el mando de Makhno), cometieron el error táctico de aliarse con los socialdemócratas y los bolcheviques con la finalidad de derrocar al Tzar y, colaboraron en la consolidación del régimen (a través de tratados, particularmente en 1920), seducidos por los cantos de sirena de «todo el Poder a los soviets» .

vii Comité de Relaciones de la Federación de Grupos Anarquistas de Cuba, “A los trabajadores de Cuba y al pueblo en general”, mimeógrafo, La Habana, 28 de agosto de 1933.

viii Ibídem.

ixIb.

x El semanario anarquista ¡Tierra! (segunda etapa), editado en La Habana por la Federación de Grupos Anarquistas de Cuba, del 30 de octubre de 1924, enfilaba sus cañones contra «los cuatro gatos del comunismo cuartelero cubano» y, exponía a sus lectores: «como los políticos subvencionan a los periódicos burgueses para que halaguen sus personas y propaguen sus candidaturas, así Moscow subvenciona y reparte rublos a los periodistas comunistas de América y Europa». Desde mediados del año 1920, los anarquistas cubanos comienzan a conocer los primeros testimonios de sus homólogos rusos, sobre la feroz represión autoritaria del partido bolchevique contra el movimiento ácrata y los alertan sobre las estrategias de infiltración de los comunistas.

xi Sobre los enfrentamientos entre ácratas y bolcheviques en Cuba, a raíz de los hechos de agosto de 1933: «los comunistas han traicionado dos revoluciones en Cuba y se han aliado con tres dictadores […] para lograr sus objetivos […] todo lo han hecho por tener el poder […] después de la traición de los comunistas en agosto del 33, la gente de la Federación [Federación de Grupos Anarquistas de Cuba] se quedó caliente. Había sido una cabronada y había que pasarles la cuenta […], dijeron, primero, que había que cepillarse a [César] Villar y al bizco [Ordoqui], después que había que llevarse al polaco [Fabio Grobart], era la cabeza detrás de todo eso y la mano de Stalin en Cuba pero, no era fácil, eran peligrosos y tenían protección […], enseguida se pegaron a [Fulgencio] Batista […] por órdenes de la Komintern, de Moscú, con lo del Frente Popular y, no era fácil entrarle a tiros en plena calle a esos cabrones […], la otra idea era mejor: envenenarlos como hacían los italianos de Vermont y Chicago [en referencia a Nestor Dondoglio, del grupo de Luigi Galleani], esos italianos no se andaban con cuentos […], había una chiquita que trabajaba en El Carmelo […] y ellos iban mucho a comer y a merendar allí […], entonces, con los gastronómicos, se iba a coordinar el envenenamiento […], estuvo más de un mes con el paquetico de arsénico en los ajustadores, esperando a que fueran a comer.», entrevista a Claudio Martínez, Miami, Fl., enero 2012.

xii Las Juventudes Libertarias, el POUM y Los Amigos de Durruti, podían plantearse una alianza táctica temporal, impulsando la insurrección generalizada contra el gobierno frentepopulista (ERC, CNT, FAI, UdR, UGT y, PSUC), conscientes de que la “unidad antifacista” era un pretexto para no hacer la Revolución Social. En base a este mínimo denominador común (teórico-práctico), incitaban la Revolución en la retaguardía, rompiendo tajatemente con las organizaciones de la burguesía. Convencidos que la guerra contra el fascismo no podía desvincularse de la guerra social. Sin embargo, la mancuerda FIJL-POUM, estaba llamada al fracaso por la incompatibilidad de objetivos: los jóvenes anarquistas luchaban por la destrucción del Estado-capital, mientras los leninistas lo hacían por la consolidación de un Estado obrero. Por su parte el grupo de Los amigos de Durruti –cada vez más alejados de los principios anárquicos–, conformaban junto al POUM la Junta Revolucionaria, siguiendo los lineamientos de este partido con su propuesta de Frente Obrero Revolucionario, encaminados hacia un mismo objetivo: la dictadura del proletariado.

xiii Afiliado a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) desde su juventud, fue miembro fundador de los sindicalistas pro-bolcheviques de la CNT encabezados por Joaquín Maurín y, militante de la Federación Comunista Catalano-Balear (FCCB) dirigida por éste y como tal participó en la fundación del Bloque Obrero y Campesino (BOC) en 1930. Fue expulsado del mismo en 1931 por sus posiciones favorables a la Tercera Internacional, dominada por Satalin —a los que se oponía el BOC—. En la misma etapa también fue expulsado de la CNT, al igual que ocurrió con numerosos sindicalistas comunistas, por lo que se adherió a la socialista Unión General de Trabajadores (UGT). En 1932 constituyó junto a otros expulsados del BOC, el Partido Comunista de Cataluña (PCC), la rama catalana del Partico Comunista Español (PCE). A partir de esas fechas también pasó a colaborar en la publicación del periódico Octubre, órgano del PCC. Asistió como delegado de la UGT al Comité Ejecutivo de la Alianza Obrera de Cataluña en 1934. El 11 de junio de 1936 fue designado secretario de organización de la UGT de Cataluña y posteriormente fue nombrado secretario general de forma provisional. Como dirigente del PCC participó en la fundación del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) ese mismo año, formación de la que fue uno de sus más destacados líderes. En sustitución de José del Barrio, que había marchado al Frente de Aragón, Sesé se convirtió en el nuevo secretario general de la UGT en Cataluña. Durante los enfrentamientos entre anarquistas y revolucionarios catalanes contra las fuerzas frentepopulistas en mayo de 1937, fue nombrado consejero del gobierno de la Generalidad de Cataluña. Puesto que no llegaría a asumir. El 5 de mayo de 1937, cuando se dirigía en automóvil a tomar posesión de su cargo fue ejecutado por francotiradores anarquistas en represalias por la represión comunista en Barcelona.

xiv Thomas, Hugh, Historia de la Guerra Civil Española. Círculo de lectores, Barcelona, 1976, p.712.

xv Malatesta, Ericco, “Más sobre la revolución en la práctica”, en Estrategia y tácticas en la práctica anarquista, recopilación de artículos de Ericco Malatesta, Un Gato Negro Editores, Bogotá, 2013, p. 99.

xvi De, L ‘Italia del Popolo, del 3 – 4 de noviembre de 1897, recogido en Malatesta, Ericco y, Merlino, Severino, Elecciones y Anarquismo, Ediciones Antorcha, segunda edición cibernética, México, 2006. Disponible en:

//www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/elecciones_y_anarquismo/indice.html (Revisado 1°/5/2019).

xvii Pierre Joseph Proudhon, considerado el precrsor de sociología moderna y padre del mutualismo, fue diputado de la Asamblea Nacional durante la segunda república francesa (febrero 1848-diciembre 1852).

xviii María de Jesús Patricio Martínez, también conocida como Marichuy, es médica tradicional y defensora de los derechos humanos de origen Nahua. Fue elegida por el Congreso Nacional Indígena (CNI) de México y, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), como precandidata para las elecciones federales de 2018, por lo que intentó su registro ante el Instituto Nacional Electoral como candidata independiente a la presidencia de la República para dicha contienda.

xix Construir un pueblo fuerte para consolidar un México libertario y soberano donde quepan muchos mundos, (Manifiesto Anarco-comunista), Algunxs Libertarixs Organizadxs, 5 de junio de 2018, disponible en:

//www.alasbarricadas.org/noticias/node/40136 (Revisado 2/5/2019).

xx Ibídem.

xxi Frente a la derecha rearmada, reanimar la izquierda desde lo libertario. Disponible en: //www.regeneracionlibertaria.org/frente-a-la-derecha-rearmada-reanimar-la-izquierda (Revisado 2/5/2019).

xxii El “posibilismo libertario” ha sido la estrategia desviacionista por excelencia de los anarcomarxianos y anarcobolcheviques desde los tiempos de la Primera Internacional. Consiste en la introducción de las tácticas socialdemócratas –en torno a la toma del poder por cualquier medio necesario– en nuestra agenda, mediante la penetración teórica y la infiltración física. De tal modo, cada vez que consideran que el Partido ha logrado el crecimiento cuantitativo y cualitativo requerido y, tienen el control absoluto de las masas, gracias a la intervención en la dirección de organizaciones sociales, partidos y sindicatos y, a las alianzas tácticas con las organizaciones políticas que no dominan (condiciones objetivas), impulsan la “vía revolucionaria”, es decir, la lucha armada y/o el golpe de Estado ; cuando no cuentan con estos requerimientos pero consideran que han realizado suficiente labor pública y de masas capaz de influenciar en las decisiones de las mayorías (condiciones subjetivas), optan por la vía reformista promoviendo el camino electoral y la participación parlamentaria. Vale señalar, a modo de colofón, que los neo-anarcobolches, actualmente denominan esta estrategia desviacionista “política prefigurativa”, impulsando el “poder dual” en aras de su cacareado Poder Popular, pero, en realidad, todo se limita a una cuestión semántica, hablamos de la misma cama solo que ahora bien tendida.

xxiii Desde comienzos de siglo, vengo pronosticando que el desviacionismo neoplataformista «más temprano que tarde habrá de provocar algún desbarajuste teórico-práctico de proporciones adversas». Hoy, esto puede comprobarse en los medios anárquicos, con mayor enjundia en territorio uruguayo y en la región chilena, así como en su área de influencia inmediata: Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; sin embargo, sus efectos ya comienzan a sentirse en el Estado español y, particularmente al norte del Río Bravo, donde empezamos a ver articularse estrategias electoreras con “asesoría” chilena.

xxiv Estatutos del Congreso de Unificación Anarco-Comunista (C.U.A.C.), disponible en: //struggle.ws/inter/groups/cuac/estatutos.html (Revisado 3/5/2019).

xxv Disponible en: //mpsol.cl/quienes-somos/historia/ (Revisado 3/5/2019).

xxvi Disponible en: //radio.uchile.cl/2019/03/27/socialista-feminista-y-libertaria-la-convergencia-en-el-frente-amplio-toma-forma/ (Revisado 3/5/2019).

México: Somos malas y seremos peores. Llamado urgente a la acción anárquica.

SOMOS MALAS Y SEREMOS PEORES: ¡SOMOS SU PEOR PESADILLA!

Llamado Urgente a la Acción Anárquica

El próximo lunes 25 se conmemora el Dia Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y no nos quedaremos en casa. Volveremos a salir con toda nuestra rabia antisistémica y esperamos volver a contagiar de furia a los sectores adormecidos del llamado “movimiento feminista”.

No permitiremos que mientras nos violan y nos matan el Estado mexicano convierta este día en un acto oficial y nos presuma su Cuarta Transformación como el fin del Patriarcado. Tampoco toleraremos la presencia policial ni permitiremos que lxs reporterxs y periodistas nos tomen fotos o videos de nuestras caras: la prensa apunta y el sistema dispara! Menos soportaremos la presencia de políticas y dialogueras en la marcha sean del partido que sean.

En su circo mañanero el pejeganso ha decretado “el fin del machismo en México” y ha ordenado a su subordinada Sheimbaum que declare la Alerta por Violencia de Género en lña Ciudad.

Si el peje emplumado piensa que nombrando ministras en la SCJN y haciendo declaraciones nos agarra de pendejas se equivoca. Como hemos expresado antes: somos conscientes de la presencia en palacio nacional de un fascista misógino y sexista, pro-vida, ultraconservador y evangélico al que se ha aliado la izquierda en su constante oportunismo para “tomar el poder” a toda costa.

A NOSOTRAS NO NOS ENGAÑAN!

Aunque nos acuse de “conservadoras” sabemos quienes somos. SOMOS GUERRERAS ANÁRQUICAS EN LUCHA CONTRA EL PATRIARCADO.

Por eso no queremos diálogo, por eso no ponemos límites a la revuelta.

En el espíritu de guerra de nuestras hermanas chilenas volveremos a salir y seremos su peor pesadilla.

¡La plaza del metro Insurgentes será la Plaza de Las Insurgentes!
Si algún día no volvemos a casa: No prendan velas, prendan barricadas!
¡Ni Dios, ni Estado, ni Amo, ni Marido!
¡El Estado-Capital, con AMLO o sin AMLO, patriarcado es lo que teje!
¡Destruyamos todo lo que nos domina y condiciona!
¡Solidaridad anárquica con todas las compañeras y compañeros presos alrededor del mundo!
¡Contra la civilización patriarcal!
¡Por el control de nuestras vidas!
¡Por la destrucción del género!
¡Por la tensión anárquica insurreccional!
¡Por la Anarquía!
¡Fuego a todo lo existente!

Fenoménicas Brujas e Insurreccionalistas (F.B.I), antes Féminas Btujas e Insurreccionalistas.
Ciudad de México, jueves 21 de noviembre de 2019.

México: Acciones solidarias con las revueltas de Chile y Ecuador

ACCIONES DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LOS PROLETARIOS EN GUERRA CONTRA EL ESTADO CHILENO, ECUATORIANO O CUALQUIER OTRO DESDE EL TERRITORIO BAJO CONTROL DEL ESTADO MEXICANO

El llamado es claro, al estallido de la huelga general, la acción y lucha directa, asambleas territoriales, ollas comunitarias, saqueos y sabotajes; acciones que si bien no exentas de sus limitaciones, imponen las necesidades humanas sobre las del capital y la dictadura del valor. El estallido social que resulta de medidas y reformas económicas e incrementos en el transporte o bienes básicos, que precarizan la vida en las distintas regiones del cono sur, así como consecuencia de la miseria generalizada; impulsan al proletario a constituirse como clase revolucionaria y decidirse a tomar las riendas de su vida en lucha directa y antagónica a las normas mercantiles del Estado-Capital o reventar de hambre.

Los proletarios más conscientes de nuestra condición de clase sabemos la importancia de compartir y asumir su lucha como nuestra, acompañarlos en esta guerra de clases superando toda barrera nacional, sabemos que como sujetos históricos nos desenvolvemos bajo la misma dominación con distintas facetas y fronteras, compartimos la impotencia y las lágrimas, así como los breves momentos de victoria que de cualquier modo nos dejan una lección de vida para las futuras generaciones. En ese sentido una cantidad no definida de proletarios salvajes decidimos mandar nuestro gesto de solidaridad fraterna cortando las vías de comunicación y circulación mercantil en distintos puntos de la Ciudad de México, en el marco de una convocatoria global en apoyo a la causa de inicio.

Se sabe que las mismas acciones ejecutadas de forma aislada no representan nada más allá de un acto inmediatista o caprichoso de tal o cual grupo, que de ninguna manera suponen un “paso previo” para “construir la insurrección”, por el contrario, se reconoce en este acto la necesidad de comprender y cuestionarse la paz social en la que se ha hundido el proletariado de la región en México una vez que la socialdemocracia tomó control del Estado, aun así podemos afirmar que más temprano que tarde volverá a vislumbrarse la flama que incite a la acción una vez que se desmonte el mito del progresismo, es decir, que el endurecimiento de las condiciones de supervivencia y el agotamiento de alternativas devuelva a nuestra clase la capacidad de romper con todo tipo de programas que pretendan encuadrar la rabia.

Finalmente compartimos el llamado de los proletarios en guerra en aquellas regiones de convulsión social a no bajar la guardia, a imponer la dictadura de las necesidades humanas contra la dictadura democrática del capital, a combatir el ciudadanismo y el pacifismo anteponiendo la consciencia de clase y la violencia proletaria.

La paz social es momentánea y la insurrección puede estallar de forma inesperada para lo cual debemos estar más preparados que nunca. Estamos en guerra, sí, contra el Estado-Capital, su policía y milicia, sus partidos e iglesias, sus leyes y reformas. Estamos en guerra, una guerra de clases.

¡La guerra por el Comunismo y la Anarquía!

-Proletarios Salvajes contra el Estado Mexicano, 24 / Octubre / 2019.

México: Nos portamos mal pero muy mal. Más llamados a la acción anárquica.

¡Nos portamos mal, muy mal y podemos portarnos peor!

El Estado mexicano en su lógica dominadora, continúa acusándonos de “provocadores” e imponiendo el pacifismo ciudadano del “pueblo bueno”. Y ahora trata de ir más lejos…

Desde el púlpito mañanero AMLO intenta invisivilizarnos, exterminarnos, desaparecernos, es por eso que tergiversa el sentido de la lucha anárquica, de nuestra historia y hasta el mismísimo significado de la palabra ANARQUÍA. Por eso nos denomina “conservadores” mientras imparte “lecciones” a sus mascotas felices, con el consentimiento de las focas aplaudidoras que fingen ser periodistas cada mañana en palacio nacional.

Para AMLO, al igual que para todos los presidentes anteriores (y para todos lxs jefes de Estado en la historia), el/la mejor anarquista es el que está muertx o el oportunista que renuncia a las ideas y le lame las botas, como es el caso del estalinista converso Paco Ignacio Taibo.

Esa es la razón por la que AMLO miente y nos señala como “conservadores”. Todxs sus enemigxs, somos “conservadores”, incluixs lxs anarquistas.

Como señalaban las compañeras de Féminas Brujas e Insurreccionalistas, en su comunicado del 17 de agosto de 2019 por la insurrección de las mujeres anárquicas del viernes 16 de agosto contra lxs puercxs policías de la Ciudad de México: “reconocemos lo que el resto calla, la presencia en palacio nacional de un fascista misógino y sexista, pro-vida, ultraconservador y evangélico al que se ha aliado la izquierda en su constante oportunismo para tomar el poder a toda costa”. Sin embargo, desde palacio se acusa de “conservador” a todx adversario, cambiando el sentido de las palabras y ocultando el verdadero conservadurismo que rige desde las alturas del poder.

De igual forma todas las mañanas se trata de cambiar la historia. Así se usurpa la figura de Ricardo Flores Magón y se presenta como el “ideólogo” de la Cuarta Transformación, mientras en paralelo se asume el “legado” de Benito Juárez y Francisco I. Madero.

Sino conociéramos el truco del viejo priismo ahora reciclado en MORENA, pensaríamos que se trata de ignorancia o que AMLO sufre esquizofrenia orgánica. Pero no, todo este revoltijo ideológico es intencional o, más bien, muy malintencionado.

Para quienes conocemos la historia del anarquismo en la región mexicana, nos queda claro que durante el largo período de gobierno de Juárez, fue cuando más anarquistas se asesinaron por fusilamiento en la historia de México. Y durante el gobierno de Francisco I. Madero la historia no fue diferente, deportando, encarcelando y asesinando anarquistas quienes siempre se negaron a reconocerlo como gobierno. El propio Ricardo Flores Magón planeó junto a compañerxs anarquistas la ejecución de Madero.

También tergiversa el significado de la Anarquía. Una visita rápida a Wikipedia nos indica que:

El término anarquía deriva del griego «ἀναρχία» («anarkhia»), y está formado por el prefijo a –privativo an– (en griego αν, o sea «sin» o «privado de») yuxtapuesto a la palabra arkhê (en griego ἀρχή, o sea «poder», o «mando»). La etimología del término designa pues, de una manera general, lo que está desprovisto de principio rector y de autoridad. Esto redunda o implica «ausencia de normas», «ausencia de jefatura», «ausencia de autoridad», y «ausencia de gobierno», y sirve para designar aquellas situaciones donde se da (o se busca) la ausencia de Estado o poder público. Por eso nuestro grito de guerra es Ni Dios Ni Estado Ni Patrón, quedando explicita nuestra enérgica oposición a todo gobierno, a toda autoridad y a todo poder, dándole sentido a la guerra anárquica.

La Anarquía no es ni puede ser de “izquierda” ni de “derecha” simple y sencillamente porque tanto la llamada izquierda como la derecha aspiran a ser poder y a conservar el Estado y nosotrxs luchamos por destruirlo. Así que es imposible excomulgarnos de la “izquierda” porque nunca hemos compartido sus aspiraciones y mucho menos sus fines.

Que ahora desde las alturas del poder se nos acuse de “provocadores” y “conservadores”, nos invita a reflexionar sobre los términos. Y sí podría llamársenos “provocadores” porque buscamos provocar el caos y la anarquía, porque provocamos espacios de liberación total, porque provocamos la destrucción total de todo lo que nos oprime.

Igualmente puede llamársenos “conservadores” porque luchamos por conservar a toda costa nuestra autonomía, nuestra individualidad y nuestra libertad, frente a todo gobierno, ante toda autoridad (terrenal o divina), ante todo poder. Pueden llamarnos “conservadores” porque luchamos por conservar el Planeta frente a la devastación desarrollista del Estado-capital, porque luchamos por conservar invariable nuestra esencia ácrata impidiendo el control de nuestros cuerpos y nuestras vidas.

No es la primera vez (ni será la última) que confrontamos al sistema de dominación en la región mexicana, ya sea en la confrontación abierta callejera o en el silencio y la oscuridad de la noche.

Las nuevas generaciones de anárquicxs hemos sostenido una guerra ininterrumpida desde la década del noventa contra el sistema de dominación y no haremos la excepción con el absolutismo populista de la “Cuarta Transformación”: nuestra guerra sigue siendo contra el Estado-capital, contra toda dominación.

El actuar consecuente de los grupos de afinidad anárquica en la tarde de ayer durante la pantomima política de la “Conmemoración de los hechos de Ayotzinapa” no es un acontecimiento aislado ni responde a intereses ocultos ni a manos “conservadoras” que mueven los hilos a sus antojos y nos manipulan como marionetas, tampoco responde a las estrategias de la presidencia contra los sectores empresariales que no se suman a sus intereses desarrollistas: no somos lxs nuevxs halcones del Estado como pregonan los medios. Este actuar se inscribe íntegramente en nuestro accionar anárquico.

No tenemos ni buscamos alianzas con partidos políticos, tampoco somos mercenarios al servicio de nadie.

El ataque la tarde de ayer, contra los símbolos del poder, a los edificios de gobierno, a lxs cerdxs policías y a la propiedad privada, fue uno más en la larga lista de atentados contra la dominación en el itinerario de la guerra anárquica. Hemos roto miles de cristales , atentado contra decenas de patrullas, ejecutado cientos de artefactos explosivos, quemado cientos de cajeros automáticos, supermercados, tiendas y plazas comerciales, incinerando la mercancía.

En ese sentido el atentado incendiario de la librería de Gandhi (que tanto ha alarmado a “lxs civilizadxs” -es decir, a lxs domesticadxs), no es nada personal ni se inspira en el anti-intelectualismo fascista ni en la visión oscurantista contra “las lecturas pecaminosas”. No se atentó contra una biblioteca: se atentó contra la mercancía y en este sentido era intrascendente si el almacén en cuestión vendía libros, ropa interior, pantallas de plasma, computadoras o colchones. No nos cabe duda que las ideas también son mercancía en los escaparates del consumo. Para muestra: las tazas de café con la “A” circulada a la venta en las sucursales de la cadena de tiendas Gandhi.

Hoy, más que nunca:
Ni Dios ni Estado ni Patrón!
Por la liberación total!
Destruyamos todo lo que nos domina!
Por la tensión anárquica insurreccional!
Por la Anarquía!
Fuego a todo lo existente!

Algunxs Anarquistas Informales en Conflicto Permanente
México, 27 de septiembre de 2019.

México: Llamado a la acción anárquica por Féminas Brujas e Insurreccionalistas

SOMOS MALAS Y PODEMOS SER PEORES: ¡SOMOS SU PEOR PESADILLA!

“Provocación” e “Ilegalidad” es toda acción que no es ejecutada por el Estado y excede sus leyes y normas; es por eso que las autoridades insisten en presentar la guerra anárquica contra el sistema de dominación como una “provocación” que busca desatar la represión. Pero la realidad nos enseña que la represión está aquí y ahora y se practica desde el poder de forma cotidiana ya sea de manera velada o de forma brutal.

El Estado continúa ejerciendo el monopolio de la violencia y solo está dispuesto a compartirlo con los grupos del llamado “crimen organizado” con quienes también comparten ADN, demostrando que no hay nada nuevo en su Cuarta Transformación. Como hemos dicho siempre: son los mismos perros misóginos ahora con el collar de color guinda.

Finalmente la rabia antisistémica logró contagiar de furia a amplias fracciones del llamado “movimiento feminista”, tristemente dormidas hasta la tarde de ayer.  Al fin han comprendido que el pacifismo es el cómplice más activo del poder patriarcal y la dominación.

Nosotras hemos expresado siempre que no somos feministas. SOMOS ANARQUISTAS y por eso luchamos contra el Patriarcado, no por el feminismo. Conocemos la ideología feminista y la vemos cotidianamente en “acción”, ocupando curules y puestos públicos,  encaramándose sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos para propagar “la Patria feminista” como declaraba una senadora de MORENA, olvidando (consecuentemente) que la Patria es  el territorio del Patriarca.

Ni Martha Lucia Michel ni Marta Lamas ni Marilú Razo ni ninguna de las feministas sistémicas (políticas, académicas y dialogueras) nos representan. Su reacción contra la violencia purpura y negra, su amasiato con la Sheimbaum, solo refuerza su condición de oportunistas en busca de hueso, por eso le lamen las botas y le chupan los wevos a su presidente.

La mejor muestra de su complicidad es el hashtag #ellas no nos representan,  afirmando que con la violencia antisistémica  empañamos “la defensa de los derechos de las mujeres”, promoviendo la pasividad cómplice e imponiendo la conducta políticamente correcta del “pueblo bueno”.

Nosotras no somos Pueblo. Ser “pueblo” es delegar nuestra realidad como mujeres, nuestra libertad y nuestra autonomía a Otro, es negar nuestra individualidad y nuestra esencia.  SOMOS GUERRERAS ANÁRQUICAS EN LUCHA CONTRA EL PATRIARCADO.

Somos conscientes de que estamos en guerra y sabemos quienes son nuestrxs enemigxs. Sabemos a qué nos enfrentamos, como también conocemos quienes son lxs aliadxs del sistema y quienes nuestras cómplices.  Reconocemos lo que otras callan: la presencia en palacio nacional de un fascista misógino y sexista, pro-vida, ultraconservador y evangélico al que se ha aliado la izquierda en su constante oportunismo para “tomar el poder” a toda costa.

Por eso, nosotras no pedimos justicia a nuestros verdugos ni la destitución y el castigo de sus pinches cerdos violadores.  Eso sería distinguir entre policías buenxs y  policías malxs. Para nosotras el mejor policía es el que está muerto.

Nosotras no queremos diálogo, por eso no ponemos límites a la revuelta.  Nuestros deseos de destrucción y nuestras ansias de libertad no se quedarán atorados en los atrapasueños: seremos su peor pesadilla!

Si algún día no volvemos a casa: No prendan velas, prendan barricadas!
¡Ni Dios, ni Estado, ni Amo, ni Marido!
¡El Estado-Capital, con AMLO o sin AMLO, patriarcado es lo que teje!
¡Destruyamos todo lo que nos domina y condiciona!
¡Solidaridad anárquica con todas las compañeras y compañeros presos alrededor del mundo!
¡Contra la civilización patriarcal!
¡Por el control de nuestras vidas!
¡Por la destrucción del género!
¡Por la tensión anárquica insurreccional!
¡Por la Anarquía!
¡Fuego a todo lo existente!

Féminas Brujas e Insurreccionalistas (F.B.I)
Ciudad de México, sábado 17 de agosto de 2019.

México: Sobre el cierre de la okupa Casa Naranja

La propiedad en el capitalismo es de los pilares principales que sostiene a la clase dominante, que históricamente ha sido ejecutora de las más grandes vejaciones, como el despojo masivo de pueblos, genocidios, aniquilación de vida silvestre, asesinato o encierro de militantes, pero la que consideramos más peligrosa la han instalado en nuestra mente, haciéndonos creer que podemos ser poseedores de tierras e inmuebles y que la obtención de un espacio físico para el desarrollo de la vida dependerá de la capacidad monetaria de cada individuo. Es aquí donde lo irónico se vuelve absurdo, cobrando por lo que de origen han arrebatado. Al aceptar y naturalizar este concepto de propiedad, nos hemos convertido en agentes que reproducen las mismas vilezas a pequeña escala: creemos que somos seres libres de poseer todo lo que tenga precio y también lo que no, pasando por encima de todo para saciar nuestro deseo de pertenencia. Es por ello que vemos necesario el sabotaje y la expropiación, la defensa de los recursos naturales, la recuperación de inmuebles para el esparcimiento y desarrollo colectivo.

El 26 de julio queda registrado como el día en que finiquita el proceso político de la Okupa Casa Naranja y es por este medio que manifestamos con gran dolor que hemos sido superadxs por la burocracia y la alianza de lxs “propietarixs” con el estado. Así también, queremos exponer que la okupacion para nosotrxs siempre fue una herramienta y no el fin de la lucha antiautoritaria y anticapitalista.

Conocemos las características de estos espacios, como lo efímero de su temporalidad, la ilegalidad, la metamorfosis continua debido a la movilidad de los seres que allí habitan. Hemos negado un proceso jurídico para determinar quiénes son lxs dueñxs o quienes podrían serlo, también hemos esquivado su propuesta de pelear poniendo la vida de por medio. Con la misma intensidad que esto nos golpea, caminamos sonrientes porque no hemos empacado pertenencias sino aprendizajes, amistades, redes, cariño. Estas líneas no son para victimizarnos, exigir «justicia», ni tampoco pretendemos crear una idea heroica de Casa Naranja. Reconocemos las contradicciones políticas, teóricas y prácticas, así como las violencias que ejercimos en determinado momento hacia banda afín.

La casa es un inmueble más dentro de la infraestructura urbana, la cual cobró vida como centro social por los seres que ayudaron a liberarla. Durante trece años enfrentó batallas internas y externas, fue partícipe de luchas sociales, actividades solidarias para presxs, ocupada en circular teoría y práctica libertaria, gestionó encuentros y actividades para ello, fue un espacio para vincular trabajo de diferentes latitudes.

Aprovechamos este texto para agradecer infinitamente a las personas que ayudaron a la existencia del proyecto, a todxs aquellxs que se solidarizaron en momentos de contingencia, a quienes pusieron el cuerpo y mente para construir; a todas las colectividades e individualidades a lo largo y ancho del globo que habitaron ahí. Cerrando este capítulo motivamos y nos solidarizamos con cualquier propuesta de sabotaje contra la propiedad, desde la ilegalidad, lo anticapitalista, antiautoritario y anárquico.

OKUPA CASA NARANJA

México: Carta en solidaridad con la compañera Anna Beniamino

Querida Anna, somos un grupo anárquico informal integrado por mujeres que acciona en México, motivadas por las tesis insurreccionalistas y la ilegalidad anarquista. Nos hemos conformado así por una cuestión de afinidad y no porque creamos que no debemos trabajar con compañeros hombres, de hecho, en diferentes ocasiones nos hemos coordinado con otros grupos de compañeros para accionar de manera más potente. Algunas somos lesbianas, bisexuales, poliamorosas, queers y otras somos tan putas que construiríamos un barco si renaciéramos mañana en la Isla de Lesbos por tal de no renunciar a tener sexo con hombres. Lo que esperamos que deje en claro que nuestra “afinidad” no se fundamenta en las preferencias sexuales sino en las ideas que nos impulsan y en la confianza que nos tenemos una a otra en el momento del ataque.

Después de esta aclaración, queremos expresar (pública y abiertamente) nuestra solidaridad contigo, no porque seas mujer ni porque te consideremos “víctima” al encontrarte presa de las garras del Estado sino por tu posicionamiento anárquico en guerra permanente contra el sistema de dominación. ¡Celebramos tu convicción ácrata y tu honesta valentía!

Tus palabras sencillas, reafirmando tu anarquismo sin acotamientos sectoriales y sin caer en la tan desprestigiada corrección política y sus convenciones lingüisticas (“gender-friendly”), nos han tocado en lo más hondo. Por eso no quisimos dejar pasar la oportunidad de darte respuesta pública, evitando que tus ideas y convicciones se pierdan en el mar de cartas, manifiestos y comunicados que circulan en nuestras redes. Esperamos que tu carta y nuestra respuesta inviten a la reflexión a todas las compañeras que en busca de la anarquía han quedado atrapadas en un sucedáneo reformista al servicio de la dominación, inmovilizadas en la “degeneración”, “entre el orgullo y el victimismo de género”, como explicas en tu carta.

Lo dijimos antes y lo repetimos ahora: “Nosotras no somos feministas. Somos ANARQUISTAS. Por eso luchamos contra el patriarcado, no por el feminismo. El feminismo es una ideología más al servicio del poder. El anarcofeminismo es una desviación setentaiochera, una de las mil desviaciones de la gran proliferación de corrientes en el movimiento. Una más, como el anarco-cristianismo, el anarco-sindicalismo, el anarco-pacifismo, el anarco-leninismo, el anarco-islamismo, o cualquier otra de las muchas que acusan algunos compañeros, solo que por ser políticamente correctos nunca incluyen este tema y prefieren dejarnos a nosotras la tarea.[ii]”

Y nos parece necesario repetirnos porque nuestra declaración (como tu carta ahora) fue ignorada por la mayoría de los medios anarquistas, dándonos cabida los más afines únicamente, pero también fue cuestionada y hasta atacada. Lo curioso es que no fuímos cuestionadas por las presuntas “agredidas” sino por algunos machos redimidos que se asumen “anarco-feministos” resultando “más papistas que el Papa”. Lo más oscuro del asunto, es que ahora es más difícil identificarlos porque en sus delirios de arrepentimiento ya no escriben con la “e” ni con “x” o la “@”, buscando la neutralidad del lenguaje, sino que escriben en femenino, o sea, haciéndose pasar por mujeres.

Las más veteranas de nuestro grupo comenzamos nuestro andar antiautoritario a principios del 2000 atrapadas en los discursos izquierdistas que imponían esa sectorización de la guerra (obrera, campesina, indígena, feminista, LGBT) que tú denuncias, adaptando las viejas teorías leninistas a los “nuevos tiempos”. Eran los nuevos trajes de la socialdemocracia a la venta en el mercado de las ideologías que se exhibían en la pasarela internacional de la “Nueva Izquierda”.

En ese ambiente lastimoso fue nuestra exploración en el “anarco-feminismo”, atrapadas en la corrección política (lenguaje incluyente, tranversalidad, derechos y mucha victimización) y la actividad política del militantismo feminista. Lo más dramático de esta mimetización fue asumir el desvergonzado culpismo izquierdoso. Precisamente, la izquierda leninista fue la que siempre priorizó la lucha obrera por encima de todas luchas, mientras que desde la guerra anárquica estuvo siempre presente el cuestionamiento y el enfrentamiento a toda dominación, incluida la dominación sexista.

Lo más triste del anarco-feminismo como estrategia desviacionista fue que abandonó la conflictividad anárquica reduciendo nuestra guerra a un listado de peticiones que la dominación ágilmente transformó en “derechos” imponiendo nuevas leyes y nuevas normas, maquillando la opresión.

“¡La guerra es para hombres: apesta a testosterona y adrenalina! Lo nuestro es predicar la paz y exigir derechos, sin reflexionar a quién van dirigidas nuestras peticiones”.

Sí eres mujer debes unirte al rebaño de la bandera púrpura (sea con veladoras o con antorchas) y abandonar la guerra contra toda autoridad.

“Lo nuestro es organizarnos como mujeres por nuestros derechos y si de paso votamos porque otra mujer ocupe un cargo político mejor aún, no solo vamos a estar bien representadas sino que vamos a tener una verduga que comparta con nosotras esos días de mestruación que siempre le daran un poquitín de sensibilidad al momento de patearnos y encarcelarnos”. Vamos, que eso de tener dos chichis nos hace siempre sororidarias.

Por eso cuando pedimos en las marchas “Aborto libre, seguro y gratuito” es intrascendente quién es el destinatario. Nada… que tampoco hay que ponerse tan reflexivas. Ninguna tiene que detenerse a pensar que con derechos y leyes no solo reafirmamos el sistema de dominación sino que le facilitábamos una nueva máscara para disfrazar la opresión.

¡El feminismo “radical” ha sido recuperado por la dominación!

Lo mismo ocurre en la “escena LGBT”, todo ha sido asimilado. El sistema de dominación ha recuperado las luchas. Ha convertido a gays, lesbianas y trans en activistas y políticos. Ahora son policías, soldados, diputadas, senadores, padres de familia, etc.

Cuando pedíamos en las marchas “derechos LGBT”, “matrimonio igualitario”, “derecho de adopción” y “derechos conyugales”, nadie se detuvo a pensar que con “derechos y leyes” reafirmamos el sistema de dominación. La “lucha” LGBT es por reformar las instituciones no por destruirlas. El nuevo orden político LGBT se ha convertido en otra máquina recuperadora del sistema de dominación.

Por eso necesitamos recobrar nuestra furia destructora como anarquistas sin acotamientos sectoriales, convencidas que nuestra guerra es contra toda autoridad y en esta encomienda tendremos que ser decididamente violentas, “hermosamente violentas, hasta que todo reviente”.

¡Destruyamos todo lo que nos domina y condiciona!

¡Solidaridad anárquica con Anna, Silvia, Natascia, Lisa y Anahí!

¡Solidaridad anárquica con todas los compañeros y compañeras presas alrededor del mundo!

¡Contra la civilización patriarcal!
¡Por el control de nuestras vidas!
¡Por la destrucción del género!
¡Por la tensión anárquica insurreccional!
¡Por la Anarquía!

¡Fuego a todo lo existente!

F.B.I. (Féminas Brujas e Insurreccionalistas)
Ciudad de México, Jueves 8 de junio de 2019.